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La construcción de la unidad

El referente de Proyecto Sur de la Provincia de Buenos Aires expresa sus aportes para un proceso de transformación de la Argentina.

A partir de la participación que la Sociedad tuvo en los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001, se produjo un cambio de fase en el proceso político-cultural que se venía desarrollando. En algún punto de aquella expresión popular se visualizó el entramado político-económico-judicial que había sido responsable de la persistente caída en la calidad de vida de los argentinos. Observado en perspectiva, este desemboque se alimentó de todas las resistencias que distintos sectores sociales ejercieron, fundamentalmente, en el aciago periodo de los 12 o 13 años precedentes.

El cambio de fase comentado es mucho más que un punto de inflexión, dado que éste último se asimila a un proceso lineal. Y lo que caracteriza a aquel cambio, es que los paradigmas que signaron un modo de desarrollar las complejas interrelaciones - que definen una época en el devenir de la Sociedad - de repente dejan de funcionar, muestran su endeblez, se mueren.

Lo que se denudó entonces, son los distintos modos e instrumentos que permitieron el saque de la Riqueza de los argentinos. Es cierto también que cada Sector Social percibió el saqueo donde más fue afectado.

Así los “ahorristas” pudieron entender el todo a través de su perjuicio directo. Los que perdieron su empleo se unieron entre ellos para construir movimientos que reclamaban una perentoria asistencia y así continuando con el resto de los sectores sociales.

Entre otros, merecen destacarse dos hechos fundamentales que atacaban efectivamente el corazón del modelo capitalista en curso. Un hecho sucede a mediados del 2001 y lo produce la Comisión Investigadora de Lavado de Dinero. Por primera vez se efectúa públicamente una relación y graficación minuciosa de los mecanismos y actores del saqueo económico-financiero. A pesar del esfuerzo de los beneficiarios del saqueo y sus medios de “desinformación” quedó evidenciado el drama provocado por los dirigentes que encabezaron este proceso y el papel que jugó la Justicia de la impunidad.

El otro hecho se produce en los días del mismo año y es la Consulta Popular que pone a consideración la cuestión básica de la distribución de la riqueza a través de lo que se denominó “Seguro de Empleo y Formación”. Más de 3 millones de voluntades participando por fuera de los circuitos formales y convencionales de los partidos políticos, en un momento de bajísima credibilidad de la Sociedad en la dirigencia, demuestra con evidencia que cuando la convocatoria se realiza para temas concretos - que son operativos respecto a la realidad estructural que nos toca vivir - la población participa.

La Unidad:

En un momento en el que se plantea la unidad de sectores políticos, como instrumento para cambiar el rumbo de políticas y para operar las transformaciones en lo social- económico e institucional, es oportuno reflexionar sobre los temas que constituyen las variables instrumentales que condicionan la Construcción del Proyecto Propuesto.
No está demás agregar que el objetivo es cambiar las políticas basadas en la mentira, la impunidad y usadas para continuar con el saqueo del patrimonio nacional. Y se trata de operar las transformaciones que permitan reconstruir las relaciones sociales basadas en una convivencia en progreso y justicia social.

El supuesto básico del desarrollo del Proyecto es el Trabajo; ya que éste constituye el motor generador de identidad y dignidad, indispensables para generar los lazos sociales que asegurarán la Construcción propuesta.
Las Variables Instrumentales.

1) El Estado: El primer paso, entonces, consistirá en reconocer que el Estado es el lugar donde la Sociedad desarrolla los métodos y procedimientos que servirán para obtener grados crecientes de bienestar.

Esta definición implica un necesario y rápido proceso de “desprivatización” y “descolonización” de las actuales estructuras del Estado.

El marco de estos procedimientos debería definir que todos aquellos funcionarios que ocuparon u ocupen posiciones con algún grado de decisión o preparación de las decisiones, que por acción u omisión hayan favorecido a la actual situación de depredación, deberán ser apartados de la nueva estructuración del Estado, a través de los procedimientos legales que correspondan. Esto vale para los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

2) Finanzas: Sería ilusorio plantear las necesarias transformaciones si al Estado no se le asegura una participación rectora en la asignación del crédito y el valor de la moneda. Esto deberá realizarse dentro de un sistema jurídico que arbitre los controles necesarios para evitar arbitrariedades ostensibles que puedan promover ejes inflacionarios.

3) Comercio Exterior: Otro acuerdo fundamental debe darse sobre el Comercio Exterior. Es necesario considerar que las rentas directas y diferenciales agropecuarias y energéticas, son producidas, básicamente, con recursos humanos y materiales que surgen de las distintas generaciones de argentinos que permiten su reproducción como Sociedad. Indudablemente estas rentas deberán ser recicladas hacia la comunidad y la forma de hacerlo será que el Estado genere los instrumentos orgánicos y dispositivos para administrar por sí o por terceros las correspondientes exportaciones y direccionalidades de tales rentas.

4) Industria del conocimiento: La desindustrialización ha sido uno de los instrumentos utilizados para desestructurar la Sociedad, disminuir el estado de conciencia de la clase trabajadora, desnaturalizar los conocimientos del progreso y desneutralizar los efectos multiplicadores y diversificadores que produce la actividad industrial sobre el contexto socio-cultural en que está instalada.

Por lo tanto la reindustrialización es un objetivo que va mas allá de atender las necesidades del mercado interno y deberá ser utilizada para producir un salto cualitativo que seguramente abarcará el comportamiento de toda la Sociedad, Empresarios, Sindicatos, Centros de Estudio, Investigación y Desarrollo.

5) Salud-Educación: Otras cuestiones que necesitará el acuerdo, se refieren a la Salud y la Educación, en sus más amplias acepciones. Estas dos áreas son por antonomasia las estructuradoras de las capacidades sociales para regenerar en forma permanente las condiciones de una Sociedad en Crecimiento y Desarrollo. Deben definirse como Bienes Sociales, y como tales deben conformarse estructural y operativamente.

En esta concepción no entra en consideración el lucro asociado a estas áreas. El concepto de eficacia social (capacidad para sostener el crecimiento y desarrollo de la actual generación y las inmediatas futuras) será el indicador a tener en cuenta para evaluar resultados.

En estos casos el Estado deberá configurar el espacio donde las Organizaciones Sociales expresen sus puntos de vista, participen en el diseño estratégico de los planes a cumplir y construyan las redes de control del desarrollo y evaluación, para la retroalimentación del sistema.

Con unos pocos ejemplos hemos tratado una forma del modo, en que los Sectores que entienden necesario producir la real transformación de la sociedad, puedan plantearse los acuerdos fundamentales de las agrupaciones que los lleven a cabo.

Pareciera entonces que debemos realizar un esfuerzo de comprensión, de que son las ideas -plasmadas en eficaces procedimientos - las que pueden hacer definitivamente reales aquellas famosas palabras, “provocación” casi centenaria de Ortega y Gasset: “¡Argentinos a las cosas!”.

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