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36 aniversario del golpe

Proyecto Sur acompañó a los organismos de derechos humanos que marcaron un antes y un después en la historia Argentina.

La marcha de Proyecto Sur en el Dia de la Memoria

La marcha de Proyecto Sur en el Dia de la Memoria

Año tras años, la memoria de aquel 24 de marzo, mueve a nuevas resignificaciones sobre el golpe cívico-militar que, a sangre y fuego, implantó el más inimaginable escenario de terrorismo de Estado. Aniversario en que la Memoria  nos hace concientes que la democracia fue y es golpeada también desde su propio ejercicio.

El discurso Ético y la práctica política raramente son congruentes. El sentido de la verdad se ha perdido, en beneficio de la satisfacción…de legitimarse en el poder.

Argentina, paradójicamente, es el único país del mundo que está juzgando a los responsables del genocidio de Estado y que al mismo tiempo, esos mismos gobernantes, sancionan la ley antiterrorista, destinada a controlar y reprimir la protesta social, aceptando dócilmente las condiciones que impone el GAFI, para pertenecer al G20.La desaparición de Bru, Lopez, Arruga, y otros, como la tercerización de la represión, han pasado a ser recursos secundarios.

Hoy se requiere mayor sofisticación. El discurso político se ha perfeccionado. Curioso lenguaje florido de popular y nacional, para erigirse como el gobierno que más hizo por los derechos humanos, pero que impulsa el pago de la deuda que contrajeron sus violadores. De su discurso desaparece la memoria de lo que nos pertenece, bienes comunes que permitirían terminar con el absurdo de ser pobres en un país rico. Se entrega el país al saqueo, eligiendo enemigos en corporaciones odiosas para el pueblo y cerrando acuerdos estratégicos con otras, que no tienen precisamente un proyecto popular y nacional.
Ayer era el consenso de Washington, hoy, el compromiso del gobierno con un proceso creciente de re-colonización, llevado adelante en forma cada vez más violenta, por las trasnacionales, en el nuevo consenso de los commodity (transferencia de recursos naturales estratégicos), que está produciendo nuevas figuras sociales de desaparecidos, a partir del hecho de que sus inversiones desconocen y niegan la existencia de poblaciones con su historia, modelos productivos y tradiciones, en los territorios donde desembarcan.

El 25 de Mayo del 2003, el Presidente electo Néstor Kirchner decía en su discurso de asunción: “No creo en el axioma de que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo. Eso constituye en verdad un ejercicio de hipocresía y cinismo. Soñé toda mi vida que éste, nuestro país, se podía cambiar para bien. Llegamos sin rencores, pero con memoria“. El pragmatismo pudo más que la memoria. De los juicios a los genocidas, de la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, del rechazo al ALCA, de la Corte Suprema independiente saltó al relanzamiento de la política privatizadora y a la entrega de nuestros recursos estratégicos. Modelo económico neoliberal que no perdió un solo día en revitalizarse, y que reformuló la cultura de la resignación.

Cada 24 de marzo nos trae a la memoria el horror del terrorismo de Estado y sus nefastas consecuencias de desapariciones, torturas e irrespeto de los derechos humanos, pero reducirla a los juicios contra los genocidas es empobrecer la causa de los derechos humanos.

La dictadura es un pasado presente, cuyas consecuencias estructurales siguen pesando sobre la sociedad. El desaparecido, como figura emblemática de la dictadura, extiende su silueta a otros cuerpos, ahora presentes, pero cosificados. La vida se despersonaliza en cuerpos sacrificables, invisibles, desechables. Solo son visibles para judicializarlos.

La vigencia de un régimen tributario regresivo y la ley de entidades financieras, legado que no le llegó el Nunca Más, sigue produciendo lacerantes desigualdades sociales y la precarización de fuerzas productivas.

Los organismos de derechos humanos han logrado un avance extraordinario para impedir que se perpetúe la impunidad. Pero vivimos en una democracia débil, en que el  Estado tiene restringida su capacidad de decisión. Al asociarse a grupos concentrados de poder económico, como la Barry Gold, las cerealeras, los bancos, la General Motors, etc.,el gobierno profundiza aún más esa debilidad y produce efectos similares a la dictadura con nuevos desaparecidos sociales.

La política extractiva avanza con sus proyectos como si lo hiciera sobre desiertos y la no reconstrucción del tren es convalidar la desaparición de innumerables pueblos de nuestra patria. Pero también el omnipresente pasado siniestro de la dictadura se encuentra en la cultura. El sentimiento  de pertenencia a una historia, a una construcción colectiva sigue secuestrada. El plan de extranjerización del patrimonio y la economía en general que puso en marcha la dictadura no se detuvo. Han logrado naturalizarlo.

Lo que ayer era lo propio de todos los argentinos hoy se la etiqueta como utopías. Novedosa forma de desaparición. Más que ausente, es un Estado secuestrado.

Volver a tener una empresa como YPF, ferrocarriles que integran los pueblos a la nación, marina mercante nacional para transportar nuestros productos, etc., etc. es pretensión de románticos, que no se enteraron que sobre el Estado ha caído para siempre el estigma de la ineficiencia y la corrupción.

No queremos una memoria para dormirnos sobre el dolor de nuestros 30.000 desaparecidos. Somos parte de su lucha, porque estamos unidos en el alma para construir un lugar mas justo para todos.

POR admin


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