SITIO OFICIAL

678: la política del montaje

Las calumnias no se hicieron esperar ante la posibilidad de que Solanas direccione su candidatura a la Ciudad.

Diego Gvirtz, productor de 678, Orlando Barone, columnista del programa. Una familia de la comunidad wichi de Salta castigada por el hambre

Diego Gvirtz, productor de 678, Orlando Barone, columnista del programa. Una familia de la comunida wichi de Salta castigados por el hambre

Diego Gvirtz, productor de 678, Orlando Barone, columnista del programa. Una familia de la comunidad wichi de Salta castigados por el hambre

En los últimos días el periodismo K, se vio obligado a cargar rabiosamente las tintas contra el diputado y referente de Proyecto Sur, Fernando “Pino” Solanas.

Algo tenían que intentar a fin de opacar una jugada magistral del propio Solanas: cuando el kirchnerismo avanzaba con posibilidades de disputar la Ciudad de Buenos Aires, el diputado de Proyecto Sur les amargó la fiesta anunciando que iba a revisar su estrategia política, abriendo la puerta a una hipotética disputa por la Jefatura del gobierno porteño. Quienes se frotaban las manos con la segunda vuelta comenzaron a temblar frente a una figura política que no tiene rival en el escenario electoral porteño.

Desde 6-7-8 continuaron con su práctica habitual: el “montaje”, el recorte de la realidad,  la licuación informativa al peor estilo (ahora, es preciso decirlo, de acento postmoderno, light, con cierto aroma descafeinado, “progre” o kitch) de los totalitarismos. Es la lógica de la selección y la omisión. De ahí que 6-7-8 pueda ser caracterizado como un programa de “ficción periodística”. Pues aun cuando sus panelistas se rasguen las vestiduras y critiquen la lógica del mercado mediático, lo cierto que su prédica queda del todo deslegitimada por la censura falaz, por la cínica invisibilización que ejerce sobre una multiplicidad de hechos de suma gravedad que están en el centro neurálgico de la degradación de nuestro país. Es claro: dado que el kirchnerismo es el principal responsable de la desnutrición infantil, de las mafiocracias del Conurbano y el caudillismo provincial, pacta con Menem, con los Saadi, y sostiene una política fanáticamente antinacional en materia de recursos estratégicos, petróleo, minería, pesca, defensa nacional, tierras, etc., a los periodistas de 6-7-8 no les queda otra que descuartizar la realidad, montándola a fin de que coincida con los intereses políticos y económicos del Gobierno Nacional.

Es indudable que la reciente campaña de calumnias contra Solanas responde a una fuerte inquietud. Proyecto Sur, de direccionar su estrategia hacia la Ciudad de Buenos Aires, puede vencer y convertirse en un gran polo de atracción política, habida cuenta de la pobreza y la carencia de ideas en el denominado “Grupo A”. No es exagerado afirmar que, dada la coyuntura actual, tanto Alfonsín como Macri quedarán muy mal parados tras las elecciones. En ese contexto, un “frente alternativo” liderado por Solanas y conformado por Proyecto Sur en Capital y el Frente Cívico en Córdoba, y al que podrían sumarse el Partido Socialista y el GEN, se convertiría sin duda en la segunda fuerza de nuestro país, con serias posibilidades de disputar el poder en los próximos años.

Con recortes acá y allá, y tergiversando con cinismo expresiones de Solanas (quien dijo algo totalmente cierto, refiriéndose a las elecciones en Salta: que la pobreza no es el mejor aliado de la independencia y las libertades políticas; es más que evidente que las sociedades igualitarias son las más democráticas), desde 6-7-8 volvieron a la carga sin reconocer siquiera a las condiciones de pobreza e indigencia en que viven gran parte de la población salteña y del norte de nuestro país, donde en el último año murieron niños por desnutrición y enfermedades evitables; por no hablar de recientes informes sobre Formosa, donde la población indígena es directamente extorsionada para votar por el oficialismo K. ¿Qué ha dicho 6-7-8 sobre el tema? Nada: no hay más desfachatez que la de aquellos que apuntan al otro para purgar su propia inmoralidad.

No cabe decir mucho más al respecto. Los programas oficialistas y sus periodistas adictos terminan siendo cómplices directos de la mafiocracia que opera bajo el resguardo del aparato del Estado. ¿Alguno se dará cuenta de ello? ¿Cuántos comunicadores serían kirchneristas si el poder no estuviera de su parte? La patria contratista sigue su curso.

POR admin


INFOSUR | Opinion | 678: la política del montaje

Notas relacionadas

Disponible en librerías

Sumate

PINO SOLANAS EN TWITTER

PINO SOLANAS EN FACEBOOK

PINO SOLANAS EN INSTAGRAM

SUSCRIBITE A NUESTRO BOLETÍN

CANAL DE VIDEOS