La diputada nacional por Proyecto Sur-UNEN habló sobre las retenciones y narcotráfico.
La diputada nacional por Proyecto Sur Alcira Argumedo mantuvo una entrevista con Argnoticias en la que criticó el ascenso de Milani a teniente general y aseguró que se trata de una "estrategia del gobierno para garantizarse la salida del poder con impunidad, como también lo fueron las políticas de nombramiento de conjueces y la exclusión del fiscal Campagnoli". Argumedo además analizó los principales problemas que padece Argentina y aseguró que el país necesita "una nueva política agropecuaria que favorezca la diversidad de cultivo y restrinja el avance de la soja transgénica que acaba con los suelos y genera una contaminación inconmensurable".
La diputada habló acerca de la confrontación política que se acerca de cara al 2015. "Massa no pierde tiempo en su estrategia de alianza, pero tiene en su lista a los desconocidos de siempre. A los que estuvieron con el menemismo, con el duhualdismo, con el kirchnerismo. Integran la cultura del yo no fui", aseguró Argumedo quien afirmó que el país necesita un cambio real: "No se puede apagar el incendio llamando a incendiarios, son necesarios bomberos". La diputada definió que "el pejotismo es un aparato con inserción política territorial que tiene una capacidad para llegar y mantenerse en el poder. Por eso pudieron ser neoliberales, nacional populares y si la mano viene trotskista, van a ser trotskistas".
Argumedo criticó la política del gobierno nacional para la asignación de subsidios, porque "es clientelista y tiene cautiva a una parte de la población, de la que se aprovecha en sus necesidades".
-¿Qué piensa acerca de la eliminación de las retenciones propuesta por Sergio Massa y apoyada por la Mesa de Enlace?
-Eliminar las retenciones es una barbaridad. El tema a debatir es cómo se fijan las retenciones. Es necesario hacer una escala diferencial de retenciones. Hay un dato clave: el 20% de los productores controla el 80% de la producción. Entonces las retenciones no pueden ser las mismas para los grandes grupos que para los pequeños y medianos productores. La diferenciación inicial que se debería haber hecho con la 125 es clave.
-¿Usted cree que la diferenciación de retenciones también debe hacerse de acuerdo a cada tipo de producción?
-Claro, una estrategia de política de retenciones debe ser la incentivación de producciones alternativas para no caer en el monocultivo. Esto es necesario sobre todo porque si China decide lanzar la auto subsistencia alimentaria, entonces va a dejar de demandar a la Argentina y esto generaría una grave crisis para el país. Además de todas las consecuencias que trae la soja transgénica. Es una irresponsabilidad y una incapacidad de previsión impresionante.
-¿Qué debería hacer el gobierno al respecto?
-Es necesario tener una política agropecuaria seria. Que tenga una diversificación mayor de cultivo, porque es una locura haberse ido de cabeza a cultivar soja. La tierra se erosionó por el monocultivo, tiene niveles de contaminación brutales por la cuestión del glifosato. Entonces el gobierno debe crear políticas de mediano y largo plazo para definir las retenciones, pero siempre evaluando las diferencias de los productores y fomentando una diversificación de cultivos.
-¿Con la carne ocurre algo similar?
- En realidad el avance del monocultivo de la soja ha hecho que la producción de carne haya caído en la Argentina drásticamente. Entonces los cortes baratos del Gobierno en verdad son parches, pero no hay una política agropecuaria verdadera. No hay una Junta de Nacional de Granos, ni la Junta Nacional de Carnes. Por eso existe una concentración descomunal en los productores de carne, en los productores de alimentos y en los transportistas algo que genera un aumento en los precios de los alimentos, algo que resulta paradójico si se tiene en cuenta que Argentina es una potencia en la producción alimenticia.
-Desde Proyecto Sur y desde Unen se opusieron a la designación de Milani. ¿Por qué cree que el Gobierno impulsó su ascenso si para hacerlo debía pagar un alto costo político?
-El Gobierno está preparando una retirada con impunidad y sobre todo están previendo que el malestar social está haciendo crecer el conflicto interno. Por un lado, Milani -esto está demostrado por el Cels- participó de forma comprometida en la represión de los años 70. Por otro lado, el Gobierno le está dando a Inteligencia un papel fundamental a través del presupuesto que es el área que más ha crecido en el último tiempo y al mismo tiempo está violando la ley de seguridad interior: el ejército no puede participar de conflictos internos. Esta era la política nacional de los años 70. Es altamente riesgoso, pero desde el Gobierno piensan que Milani es seguro para esto.
-¿Por qué el Gobierno se garantiza la impunidad con Milani?
-El Gobierno paga un alto costo político con la designación de Milani, después de haber machacado durante tanto tiempo con la defensa de los derechos humanos. Pero con su ascenso, el Gobierno se garantiza por un lado la intervención del ejército para calmar cualquier conflicto interno y también la posibilidad de hacer inteligencia interna. Todo esto teniendo en cuenta que no puede confiar en Gendarmería. Al igual que la designación de conjueces, el desplazamiento de Campagnoli y otras decisiones, el Gobierno lo que busca es una retira con impunidad.
-¿Por qué Milani es seguro para el Gobierno como usted dice?
Porque es una de las personas del sector que se ha manifestado implícitamente a favor de la política del Gobierno, cosa que no debiera hacer porque se supone que las fuerzas armadas no deben politizarse. Entonces el apoyo al modelo nacional y popular, como dice Milani, es una garantía de seguridad.
-Usted vincula el tema del narcotráfico con la gran población de jóvenes que al no trabajar ni estudiar son vulnerables a caer en la droga.
-El narcotráfico se inicia en una cadena de corrupción que vincula a punteros políticos y empresarios con traficantes. Estas complicidades se encuentran como últimos eslabones de la cadena a una masa de jóvenes que no estudian ni trabajan, que no tienen futuro y que están de alguna manera marginados. Un porcentaje son mujeres que son utilizadas en la trata y otros delitos. Los demás están regalados al paco y buscan conseguir plata a través de la distribución de cocaína. 1.200.000 chicos entre 15 y 26 años que no estudian ni trabajan. Es la población total de Rosario.
-¿Cómo se lucha contra el narcotráfico?
-Se deben diferenciar dos ejes. Uno es la contención social y otro debe ser la lucha contra la corrupción, porque mientras no liquides la corrupción no se va a poder acabar con la acumulación mafiosa de capital a través del narcotráfico, trata de personas y otros delitos.
-¿Cree que la separación del Sedronar estuvo bien?
-Lo que se dijo fue que se va a llevar a cabo una política de contención social que mucho no se ve. Desde los datos del Estado se puede llevar adelante una política educativa como escuelas modelos para la reinserción que tengan un gran atractivo para los chicos. Por otro lado es necesario crear un conjunto de empresas sociales comunitarias que pudieran darles márgenes de trabajo muy importantes.
-Usted siempre denuncia que la caída del empleo en los jóvenes se debe a una reducción del trabajo en por el avance de la tecnología.
-Claro. Eso no es tenido en cuenta por el Gobierno ni tampoco por los demás países del mundo. Las nuevas tecnologías requieren un 75% menos de tiempo de trabajo. Si antes una empresa necesitaba 10 personas para realizar un trabajo, ahora necesita 3 personas. La Ford argentina con las herramientas de la tecnología produce más con 2500 trabajadores que lo que producían 12 mil trabajadores en los años 70. Los números del Anses certifican estos datos: 75 de los jóvenes entre 18 y 29 años están desocupados, precarizados o en negro.
-Mucho se habló este año acerca de la ley de derribo. ¿Usted está de acuerdo?
-Es necesaria, junto a la radarización de las fronteras. Otros países de Latinoamérica como Brasil y Uruguay la tienen. La ley de derribo debe ser utilizada cuidadosamente. Lo que sucede es que Argentina no tiene radares y esto ha permitido el ingreso del narcotráfico con una impunidad total. La falta de radares ha hecho que estemos dos pasos atrás de México, donde en un año hubo 100 mil secuestros, 25.600 asesinatos y 4 mil desapariciones. Nosotros vamos rumbo a eso.
Ustedes también fueron críticos de la política subsidiaria del gobierno. ¿Dónde ven los principales errores en la política de asignación de recursos sociales?
-Es el clientelismo social que ha generado una situación por la cual a los sectores más necesitados se les intenta quebrar la dignidad, porque sino van a las marchas o no demuestran una apoyo al Gobierno, entonces no están en condiciones de mantener un plan social. Esto es así, porque la asignación de planes tiene que ser un derecho que el señor va y cobra, pero no le debe nada a nadie. En cambio, en la actualidad está estructurado en un sistema clientelista, por el cual la persona necesitada queda presa de la persona que le da el plan. Una parte de la población está cautiva, porque el gobierno lucra con sus necesidades. Eso ocurre con los barones del conurbano que daban una zapatilla a las personas necesitadas y les daban una boleta marcada. Entonces si la boleta marcada aparecía en la urna, le daban la otra zapatilla. Eso es el clientelismo monstruoso. En eso los pejotistas son unos reyes, porque son los dueños de un mercado cautivo de votos.
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