El líder de Proyecto Sur recuerda el primer gran triunfo de la Revolución de Mayo.
La extraordinaria victoria del General Belgrano en Tucumán el 24 de septiembre de 1812, frente al poderoso ejército realista que comandaba el mariscal Pio Tristán, fue el primer gran triunfo de la Revolución de Mayo que se expandió por todo el continente y estimuló la lucha emancipadora de San Martín y Bolívar. Belgrano - y sus jóvenes oficiales Díaz Vélez, Dorrego y Moldes - demostraban que con voluntad y coraje y con sus bravos soldados gauchos, mestizos y originarios, más el apoyo del pueblo tucumano, se podía enfrentar y vencer a un enemigo que lo triplicaba en fuerzas.
A doscientos años de esta gesta, hoy contrasta el olvido y la ausencia de una gran celebración nacional: parte de nuestro territorio sigue ocupado militarmente por la agresiva presencia británica en las Malvinas y nos controlan las bases de monitoreo de Estados Unidos en el continente y su IV Flota. Ante las provocaciones del colonialismo inglés, el gobierno de Cristina Fernández continua la política de claudicación de Menem y de la Rúa y no denuncia los Acuerdos de Madrid, ni el acuerdo bilateral de inversiones ni el convenio de cooperación militar, todos firmados con el enemigo británico y que siguen vigentes.
La concepción política y militar de Belgrano era emancipadora, anticolonial, soberanista. Nunca hubiera permitido que estando amenazados por la fortaleza británica de Malvinas, se desmantelaran nuestras industrias de defensa, se siguiera reduciendo el presupuesto operacional de las Fuerzas Armadas o se admitiera a instructores militares estadounidenses con siniestra experiencia en América Latina y Vietnam.
Hoy rendimos homenaje al gran General MANUEL BELGRANO, vencedor de la Batalla de Tucumán y “sepulcro de la Tiranía” como él la llamara. Jurista de formación y escritor, se asumió como jefe militar y con talento, decisión y modestia, logró una de las mayores victorias para la Causa americana. Fue uno de los revolucionarios mas notables que diera el continente en los albores del siglo XIX, e incluso desde su función en el Virreinato fue un impulsor inmenso de la educación y los valores humanistas: creó la Escuela de Náutica, Escuelas Agrarias, escuelas para mujeres, impulsó la penalización de los tormentos a los aborígenes y la restitución de tierras a los pueblos originarios y, al enrolarse en la Causa emancipadora, donó los haberes que le fueron otorgados por la victoria en Tucumán y Salta a la construcción de Escuelas en Jujuy, Tarija, Tucumán y Santiago del Estero. Belgrano, según decía, quería ser recordado más que como un padre, como un “hijo de la Patria”. Y entre ellos es, sin duda, uno de los más leales y revolucionarios de la Patria Grande.
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