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Cambia el Equipo Económico pero sigue el Modelo Antinacional

Por Alberto Sanchez. El mercado recibió al nuevo presidente del Banco Central, Luis Caputo, con el dólar en baja, pero terminó subiendo sin intervención del Central.

El mercado recibió al nuevo presidente del Banco Central, Luis Caputo, con el dólar en baja, pero terminó subiendo sin intervención del Central. Después de cerrar el jueves a $ 28,42, la divisa terminó escalando el viernes hasta $ 28,85 en promedio y durante la jornada llegó a superar en algunas entidades los $ 29.

En el mercado mayorista, donde operan los bancos y las grandes empresas, la divisa cerró a $28,26 también en suba.

El mercado esperaba las divisas de las exportadoras de cereales y oleaginosas. Las empresas, que hace unos días dijeron que tenían US$ 4.000 millones para liquidar no aparecieron.

Lo que el martes y miércoles fue un movimiento disruptivo del tipo de cambio, que llevó al BCRA a vender US$ 695 millones y US$ 99 millones para evitar una disparada del precio del dólar, el jueves ya no lo fue. Y por eso mismo, el Central no vendió un solo dólar en el mercado de contado ni hizo un solo contrato en el mercado de dólar futuro. Libertad absoluta para el dólar. El viernes pasó lo mismo, y el dólar siguió subiendo.

En el organismo monetario se aferran al hecho de que el poco volumen operado del jueves y viernes podría considerarse un dato positivo. Podría ser una señal de que la escalada estaría por tocar techo, luego vendrá un retroceso y después la estabilidad. Los dos días se dio la misma explicación.

Aunque no intervino en el mercado cambiario, el BCRA siguió comprando Letras del Banco Central (Lebac). El Tesoro le comprará letras intransferibles al Banco Central y con los pesos que reciba, el BCRA irá rescatando las Lebac.

Estas últimas corridas tienen beneficiarios concretos que son los grandes bancos y los capitales golondrinas que entran y salen sin control. Carrió atacó al Banco Meridian (Grupo Dorrego) y el kirchnerismo amenazó con un juicio penal al J.P. Morgan y a Federico Sturzenegger.

La corrida cambiaria es mayorista y el Gobierno debería decir el nombre de los agentes u operadores que especulan entrando y saliendo de la renta en pesos (Lebac). Esta crisis cambiaria no la produce el sector minorista. La gente que compra dólares no alcanza a un 5% del movimiento diario.

La compra de Lebac (letras del Banco Central) la realizan un pequeño grupo de bancos y capitales golondrinas apostando a rentas en pesos elevadas.

Ahora el Gobierno para reducir las Lebac (Corto Plazo) licitará el lunes próximo bonos (Mediano Plazo) por hasta u$s 4.000 millones con el objetivo de reducir el abultado volumen de las Lebac. Habrá una licitación de Bonos de la Nación Argentina en moneda dual -pesos y dólares- 2019 y Bonos del Tesoro en pesos a tasa fija con vencimiento en 2020 por hasta ese monto.

Sigue el Modelo Económico Antinacional. El problema central es la escasez de dólares.

El dólar viene subiendo desde hace varios a pesar del acuerdo con el FMI y de la promesa de financiamiento. Detrás de esta suba se nota una gran escasez de divisas. Esto se debe a una combinación de bajas exportaciones,  ciertas dudas sobre la marcha de la economía argentina y un desgaste de la credibilidad en el Gobierno y el Banco Central. Todo ello implica una fuerte baja del interés internacional por activos argentinos y un crecimiento de la incertidumbre a nivel local, que a su vez, se traduce en una menor entrada de divisas por exportaciones agrícolas (grandes exportadores) y de inversiones de largo plazo.

Las cuentas con problemas estructurales son la balanza comercial deficitaria (hay más importaciones que exportaciones), la balanza turística también en rojo (los argentinos en el exterior gastan más que los extranjeros en la Argentina), los intereses de deuda y la remisión de utilidades y dividendos.

El déficit de las manufacturas de origen industrial alcanzó en 2017 U$S 38.372 millones, de acuerdo a las últimas estadísticas oficiales del INDEC.
El anterior récord del déficit industrial había sido en el año 2013, con U$S 32.885 millones. En 2015 y 2011, también años de expansión, rondó entre 31.000 y 32.000 millones de dólares. En el 2016, pese a la recesión se mantuvo en U$S 31.000 millones, por encima de los U$S 28.000 millones de 2012 y 2014, también años recesivos.

La experiencia histórica enseña que la devaluación por sí sola o el tipo de cambio nominal no es necesariamente “competitivo” en el mediano plazo y lo que hace sustentable a un tipo de cambio es la productividad media de la economía en su conjunto. Eso nos lleva a otro tema ligado al modelo y si hablamos de productividad del capital (incorporación de progreso técnico o tecnología) y del trabajo (con salarios altos) o productividad sólo del trabajo (con salarios bajos). Nosotros apostamos al modelo de mayor productividad del capital local (no extranjero) con salarios altos.

Para ello necesitamos:

  1. Superar la restricción de la Cuenta Mercancías del Balance de Pagos, diversificando e incrementando exportaciones con mayor valor agregado particularmente manufacturas de origen industrial (MOI) y disminuyendo las importaciones industriales y energéticas a través de un serio proceso de sustitución de importaciones. Renacionalización de la Industria, el Agro y la Energía.
  2. Disminuir el déficit de la Cuenta de Servicios del Balance de Pagos particularmente en Regalías, Fletes y Turismo.
  3. Disminuir el déficit de la Cuenta Rentas de la Inversión con menos pagos de intereses de la deuda y menos remisión de utilidades y dividendos.
  4. Controlar la fuga de capitales (stock entre 215 mil y 300 mil millones de dólares y flujo entre 10.000 a 23.000 millones de dólares por año desde 2008). Repatriación de capitales.
  5. Implementar el proyecto de una nueva ley de Inversiones Extranjeras y del Banco Nacional de Industria e Infraestructura.
  6. Una fuerte movilización y promoción de las Pymes y los Grupos Locales para lograr junto al Estado implementar durante por lo menos una década un importante Shock de Inversión.
  7. Políticas de Estado (Concertación Económica y Social y Concertación Sectorial-Acuerdos por Rama Industrial y Sector Económico).
  8. Fomento del ahorro y la inversión local. Promover la inversión en Equipos y priorizar su mayor participación relativa en relación a los otros componentes de la IBIF: Construcciones y Material de Transporte.
  9. No recurrir a la cuenta Capital y Financiera del Balance de Pagos a través del endeudamiento privado o de la inversión extranjera salvo extrema necesidad.
  10. La Banca Multilateral podrá ser utilizada para obras de infraestructura de manera razonable y moderada.

 

El principal problema radica en la falta de un proyecto nacional alternativo, donde en la materia de política industrial lleve adelante un proyecto de concertación por cámaras sectoriales capaz de cubrir los eslabones ausentes en las cadenas con producción nacional y un proceso sustitutivo de importaciones. El objetivo es detectar en la matriz de insumo-producto lo que no sabemos fabricar y la falta de iniciativas público/privadas.

El macrismo tiene una ideología de todo mercado (empresas extranjeras) y no apoya al capital nacional de grandes campeones y a un entramado de desarrollo de proveedores con las Pymes. En el marco de la globalización Argentina no puede resistir sin intervención del Estado y protección arancelaria.

Ya no es sólo China sino Asia la que se transforma en la fábrica del mundo. Y en América Latina Brasil y México acompañan.

A los hoy ya viejos países industrializados como Japón, Corea y Taiwan se agregan los nuevos tigres como Vietnam, Myanmar, Bangladesh, Laos y Camboya. A estos países hay que sumar otras plataformas exportadoras como Singapur, Malasia, Tailandia, Filipinas, Indonesia e India.

La Argentina no puede competir en el sector industrial de manufacturas y quedaría reducido al sector de la agroindustria único cluster que podría ser competitivo.

En estos días el acuerdo alcanzado por entidades empresarias y sindicales del sector textil, indumentaria, calzado y marroquinería expresa que la política actual del gobierno pone en riesgo 500.000 puestos de trabajo directos en estas cadenas. Mientras que estas entidades se fijan como objetivo duplicar en diez años el nivel de 2015 y alcanzar el millón de empleos sectoriales. Estos son dos modelos: uno sin trabajadores industriales en varias cadenas y sectores y otro que apunta a lograr un crecimiento de la producción y del empleo industrial.

Es urgente defender 1.300.000 puestos de trabajo industriales registrados y 500.000 en negro o no registrados. Un total de 1.800.000 puestos de trabajo industriales.

Pero hay que ir por más.

El empleo manufacturero viene creciendo a nivel mundial a razón de unos 4 millones de puestos de trabajo por año. La Argentina podría capturar un 5% anual lo que representaría un crecimiento anual de 200.000 nuevos puestos de trabajo industriales.

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