En 1989 el autor de esta nota escribía para Página 12 los conceptos que a lo largo de 20 años ha venido sosteniendo Proyecto Sur.
Nuestro país sufre la caída de sus reservas de hidrocarburos como ocurre en gran parte del mundo, a diferencia de algunos países sudamericanos, como Venezuela, cercano a convertirse en la primera reserva mundial, y como Brasil, con sus recientes hallazgos de gas y petróleo. Todos sabemos que las energías alternativas no tienen “permiso” de las grandes petroleras transnacionales para entrar en escena como primeros actores. Muchas veces esta situación de escasez manifiesta de hidrocarburos, con aumentos de precios, y la crisis del dólar, con los especuladores huyendo hacia colocaciones en petróleo y otro futuros, generando conflictos graves entre las naciones, es mejor percibida e incluso analizada por la literatura y la ficción que los tradicionales analistas conservadores de la economía. El mundo está en un momento de cambio de civilización, como ocurrió durantela Primera GuerraMundial, cuando la marina británica abandonó el carbón y adoptó el fuel oil. Pero enla Argentina, un país donde la privatización estableció el carácter comercial de estos bienes extractivos, que en todas partes es de carácter esencial y estratégico, puede verse la caída de las inversiones, así como la renuncia a tener una política petrolera propia. Desde 1989 dependemos de las transnacionales y no del Estado concedente. El continuo aumento de las reservas argentinas durante el período de las empresas públicas de ayer, comparado con la abrupta caída de las reservas de hidrocarburos de hoy, ha alcanzado un punto crítico: ninguna proyección seria de la economía argentina puede elaborarse sin tener en cuenta que la conversión del precio interno, ahora más bajo que el internacional, llevará a la pérdida de las actividades industriables y de servicios exportables, y al encarecimiento del consumo interno, sobre todo para los sectores de menores ingresos. En el campo de los combustibles estamos ante el notorio fracaso de la política neoliberal impuesta por las grandes petroleras internacionales. Petroleras que hoy se encuentran en franca retirada en la extracción mundial ante el crecimiento de las empresas estatales y la aparición de los grandes fondos financieros de los países que controlan el petróleo: fondos estratégicos de inversión, como el caso de Noruega.La Argentinasólo tiene dos alternativas: seguir el mismo y cerrado camino, agravando sus consecuencias nacionales y sociales, o recuperar este recurso natural como lo están haciendo casi todos los países del mundo.
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