El candidato a diputado nacional por UNEN analiza el "plan de Boudou" para pagar la deuda ilegal.
El plan de Boudou (y en términos generales del stablishment) es volver al mercado de capitales. En ese sentido el crédito solicitado por Argentina y acordado por el Banco Mundial por U$S 3.000 millones es representativo de esa intención.El Gobierno Nacional se ha declarado pagador serial de deudas ilegales. Esto podría sumarse en la misma dirección.
Hasta aquí “endeudarse”.
Ahora: Si esto lo hiciera otra fuerza política el kirchnerismo la denunciaría de querer “volver al pasado”.
Habría que: “desendeudarse”.
Para mayor confusión: ser pagador serial como se autocalifica el oficialismo y al mismo tiempo cuestionar al sistema financiero es una contradicción.
¿Endeudarse o des-endeudarse?
Decirse Nacional, es “des-endeudarse”. Y realizar una nueva "alianza estratégica" con el Banco Mundial es “endeudarse”.
Quizás el gobierno tenga una fórmula de síntesis: “Rebeldía en las palabras y sumisión en los hechos”.
Veamos: “Este acuerdo estratégico con el Banco Mundial….”-dice Lorenzino-, lo hacemos por “el compromiso con los sectores y regiones más vulnerables de nuestro país". Es decir: como queda feo decir que “pedimos crédito” porque el modelo es inconsistente y necesitamos a volver a “endeudarnos”, decimos que “pedimos crédito” a favor de los más vulnerables”. Entonces: el gobierno se “endeuda” en nombre de los vulnerables. No es el gobierno el que se endeuda sino los vulnerables. El gobierno solo hace de intermediario entre el Banco Mundial y los vulnerables.
Perdón. No entiendo ¿Nos endeudamos o nos des-endeudamos?
Por lo que dice la información nos “endeudamos”.
Ahora: para no tener que explicar lo inexplicable, resultó conveniente no pasar por el Congreso aunque resulte arbitrario y autoritario. Y no pasaron. Y no explicaron. Tampoco una conferencia de prensa con agenda abierta. Nada. Aunque resulte arbitrario y autoritario.
Del mismo modo que mantener en semi-secreto la posibilidad de destinar U$S 500 millones al pago de juicios adversos producidos en el CIADI, es seguir manejando los fondos públicos con frondosa discrecionalidad. Discrecionalidad necesaria para no dar explicaciones.
Tener al mismo tiempo a Amado Boudou a cargo del Poder Ejecutivo Nacional y a Hernán Lorenzino negociando créditos –nuevos “endeudamientos”- con el Banco Mundial, junto al discurso Nac&Pop de “desendeudamiento” resulta en un galimatías, cuya explicación exigiría la presencia de “Jean-François Champollion”. (Los jeroglíficos egipcios que durante siglos resultaron un misterio para Europa y la humanidad, fueron interpretados por este francés. Fue un genio. Quizás él podría aclararnos los jeroglíficos del Gobierno Nacional. Pero para decepción de “todos y todas” falleció en París en 1832.)
Desde otro ángulo, Shakespeare podría habernos planteado la duda de manera insuperable ¿Endeudarse o des-endeudarse, esa es la cuestión? Pero también falleció y no podemos esperar ni la pregunta, ni la respuesta.
En todo caso nos queda el conjunto de intelectuales K y candidatos K que no han salido a hablar de este enigma. Es probable que ellos estén perdidos en esta maraña y no sepan “que decir” sobre el endeudamiento o des-endeudamiento. No están fallecidos, como en el caso de Champollion o Sakespeare, pero parece que encontrar una respuesta en ellos va a correr la misma suerte.
¿Quién entonces nos dirá de que se trata? ¿Quién podrá despejar la neblina, aclarar las aguas, encender una luz en las tinieblas? Como en tantos otros misterios el paso del tiempo con la acumulación de análisis e investigaciones creará las condiciones para que un genio como Champollion, nos diga la verdad sobre esto.
Más -para adelantarme sin pretensiones- diría que esta chapucería, mezcla rara de discurso progre y acción conservadora, no es algo muy distinto a todo lo que ya vivimos desde hace varias décadas. Podemos arriesgar y en su parecido veremos la continuidad de un modelo extractivista, dependiente y de saqueo.
Sí. Como en el caso de los jeroglíficos, antes de interpretarlos hay que remover el polvo con un plumero para que los signos aparezcan con claridad. En este caso si plumereamos un poco el discurso que oculta, enmascara y deforma, aparecen con claridad los signos de los Martínez de Hoz –Ley de entidades financieras-; de la UCeDe –Amado Boudou-; del Menemismo –los propios K, Parrilli, Picheto- y otros, que reflejan la continuidad profunda más allá de los avatares de superficie.
¿Será así? Veremos.
Mientras tanto, deberemos trabajar sin solución de continuidad en el respeto a las instituciones, para que un contexto de libertad nos permita ir develando los misterios argentinos de las crisis recurrentes, de las situaciones repetidas, de los problemas irresueltos y del enigma más difícil de todos ¿Por qué los argentinos chocamos una y otra vez con la misma piedra?
Lo que ya tenemos constancia es que el intento de legitimación en los 80 no resultó. El plan Brady en los 90 tampoco. El blindaje y el mega-canje en la intersección de los milenios fracasaron. Y la renegociación del 2005 con sus cerrojos y aperturas de los canjes nos mantienen en vilo sin solución de continuidad. El enigma del endeudamiento perpetuo aún no se reveló.
Definitivamente, si no aparece Champollion necesitaremos más tiempo. Y tiempo al tiempo; y uno a uno; algún día sabremos de que se trata y como recorrer ese camino que marca la CN: Constituir la Unión Nacional, Afianzar la Justicia, Consolidar la Paz Interior, Atender a la Defensa Común, Promover el Bienestar General y Asegurar los beneficios de la Libertad. Camino que aún hoy espera su realización.
Una solución podría ser esta:
1.- Respetar la Constitución Nacional y el rol del Congreso en el tratamiento de la Deuda.
2.- Auditar la deuda. Demostrar el altísimo porcentaje de ilicitud de la misma, suspender transitoriamente su pago y generar nuevas condiciones para su renegociación desde una posición Nacional.
3.- Definir democráticamente los objetivos nacionales, elaborar un plan y replantear –desde allí- nuestra relación con los organismos financieros internacionales.
Seguramente habrá otras.
En el fondo el tema no es endeudarse o des-endeudarse. Sino resolver correctamente el problema que tenemos entre manos.
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