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Entre pueblos fumigados y la grieta

Como senador porteño habló de la necesidad de cambiar la política argentina. Como cineasta explicó el documental ovacionado en Berlín donde cuestiona el uso de agroquímicos en la Pampa argentina.

Senador de Proyecto Sur por CABA, cineasta y documentalista, Pino Solanas acompañó a su pareja, Angela Correa, en la apertura de muestra de arte ‘Mujeres Alertas’ en el hall de la Legislatura santafesina, invitada por Rubén Giustiniani y Silvia Augsburger (Igualdad y Participación). A los 82 años, se bajó del avión que lo trajo de regreso desde Berlín donde participó en el Festival Internacional de Cine presentando su documental ‘Viaje a los Pueblos Fumigados’ y voló a esta capital. En el documental hace un recorrido por siete provincias, entre ellas Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, y reúne testimonios de expertos en agricultura y salud, así como de las víctimas directas del modelo agropecuario intensivo asociado al uso de agrotóxicos. Este documental llegará a las salas argentinas a fines de abril.

En la oficina de Giustiniani habló de la película y de política con El Litoral de quien destacó que se ocupó del documental semanas atrás (edición del 21 de febrero).

 

- ¿Por qué un documental sobre la fumigación agrícola?

- El modelo de producción en escala de cereales llevó a que Argentina fuera el primer país de América Latina donde desembarcó la soja transgénica en 1996. De aquí pasó a Paraguay, Uruguay, Brasil y también a Bolivia. Hay que recordar que los chacareros, los agricultores en los años ‘90 terminaron en la lona, endeudados, a muchos les remataron las chacras. Ante la aparición de este ‘solcito’ muchos arrendaron sus campos; fueron años de bonanza. Después se vieron las consecuencias: éxodo rural, proceso de concentración de la tierra, la sojización se acentuó, se levantaron alambrados, se talaron bosques; se expandió la frontera sojera hacia zonas donde jamás se pensó en hacer agricultura.

El desploblamiento del campo permitió aplicar un modelo de agricultura inédito, de agricultura sin agricultores, con pools de siembra, siembra directa, expulsión de mano de obra. La gente se instaló en los pueblos y comenzó un cambio cultural muy grande. Es difícil volver atrás porque la mujer que estaba aislada y solitaria en el campo comenzó a compartir con vecinos, no tuvo que salir con barro a llevar los chicos al colegio, hace vida urbana. Esto ha producido una verdadera revolución con ribetes negativos. La película trata algunas de esos ribetes y pone la lupa, el foco, sobre las consecuencias sociales y en la salud de la población que trajo la producción en escala de cereales con semillas transgénicas que exigen ser acompañadas por una batería de agroquímicos que en realidad son agrotóxicos porque son tóxicos. La publicidad semánticamente le ha buscado la vuelta y los llama fitosanitarios. Son tóxicos porque una sustancia química que enferma o contamina y con dosis importantes termina matando o termina produciendo serias lesiones.

La película pone el foco en esto. Las encuestas y los estudios universitarios que se han realizado demuestran que en las zonas agrarias han crecido exponencialmente los cánceres, leucemia, diabetes. El hipertiroidismo pasó a ser la segunda causa de muerte en la Argentina y las malformaciones que no siempre son denunciadas como tales, provocan abortos prematuros, etc. En Chaco aumentó casi un 400% las malformaciones en pocos años.

Estos químicos producen malformaciones genéticas. Lo demostró el fallecido Andrés Carrasco -investigador del Conicet y biólogo-. Probó que inyectándole glifosato a los embriones se producían malformaciones tremendas. Fue reconocido internacionalmente.

Como los suelos se hicieron resistentes, fueron aumentando las dosis, agregando otros y hoy se usan en Argentina algunos componentes prohibidos internacionalmente, el primero es el endofulsan alfa que es absolutamente letal. En diciembre de 2016 se hizo el juicio en Goya, Corrientes, por la muerte de dos chicos envenenados por endosulfan. En General Lavalle, en una de las tomateras más grandes del país, vierten endosulfan en canaletas, desagües que va hacia el río Paraná. Esos chicos correntinos metieron las patas en la canaleta y a la noche uno ya estaba muerto por ósmosis.

 

- Usted entiende que el Estado en sus diversos órdenes está ausente

- Más que ausentes, cómplices. Todos lo saben esto, no es necesario ser ministro. Todos saben y todos lo callan.

 

- Para los agricultores fue peor el remedio que la enfermedad

- Las consideraciones que las haga cada uno pero hubo un sistema de complacencias y complicidades públicas y privadas por la sencilla razón que este sistema de transgénicos con agrotóxicos fue altamente rentable, sobre todo para los que venden insumos en dólares. La soja y las retenciones son una fuente importante que nutre al Tesoro nacional,. Es como un mal necesario, es como las familias de los mineros en altura que admiten que se van a morir allí arriba pero abajo se mueren sin hacer nada. En Andalgalá (Catamarca) y otros lugares salieron las mujeres de los mineros a pararnos a nosotros que íbamos a sumar solidaridad y protesta. Nos decían ‘no nos saquen trabajo’.

El impacto es grande, la película se dirige a todos, los daños ambientales o las intoxicaciones son fuertes. Fui a Mar del Plata, una de los cordones hortícolas más grandes del país donde hay un laboratorio que busca pesticidas, agrotòxicos y metales pesados. Una gran luchadora ambiental -Silvana Buján- relató que una docena de profesores y comunicadores sociales -con escribano- compraron el mismo producto en diversas verdulerías y todos tenían agrotóxicos. Lo comprobaron al hacerse un análisis de sangre y orina. También yo me lo hice y tenía pesticida en sangre que llega comiendo verduras que son las más que pesticidas tienen.

 

- ¿Hay espacio para un frente diferente al justicialismo y a Cambiemos en el país?

- Me he empecinado en conformar un tercer espacio como respuesta a lo que se ha dado en llamar la grieta. La Argentina no tiene destino sino salta la grieta. Convocamos a todos los ciudadanos de buena voluntad, de voluntades democráticas y populares, a conformar ese espacio plural, pero alrededor de causas. No un amontonamiento electoral. Argentina tiene que encarar de una vez por todas la solución de sus problemas gravísimos. Las últimas campañas electorales brillaron por la estupidez, la imbecilidad. No se discutió ningún tema.

Tenemos que unirnos alrededor de esas grandes causas que deberían ser políticas de estado: ambiental, democratización del Estado, la justicia que incluye la democratización de los servicios de inteligencia para poder luchar contra narcotráfico y mafias, la recuperación y administración sensata de recursos naturales; el cambio de energías fósiles y contaminantes a las no contaminantes; el desendeudamiento.

La Argentina tiene que cambiar la política, no se puede tapar el déficit endeudandános a tasas del 7 y 8 % anual. Debemos capitalizar el ahorro nacional, generación de trabajo genuino, protección de la industria; capitalización e industrialización ese es el destino. Una pata en el campo y la otra en la industria nacional. El otro tema es la lucha contra la corrupción. Nosotros que venimos del nacionalismo popular a las banderas de independencia económica, soberanía política, justicia social le agregamos defensa ambiental y ética pública.

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