La propuesta de sumar la Ciudad al “proyecto nacional” concuerda con las peores prácticas del kirchnerismo.
El candidato a Jefe de Gobierno por el PJ-FPV, Daniel Filmus, ha señalado que su pretensión es implantar en la Ciudad de Buenos Aires el “proyecto nacional” que encabeza Cristina Fernández de Kirchner desde la Rosada. Ante semejante afirmación, propia de un delegado o intendente, no queda sino hacerse una serie de preguntas que tocan el núcleo duro de las políticas kirchneristas, caracterizadas por algunos aciertos y extensas zonas oscuras, sobre todo en materia de ética pública y administración de los recursos del país.
El oficialismo ha pregonado la presencia activa del Estado en la resolución de las problemáticas y conflictos vigentes, lo cual en principio sería correcto. Ahora bien, su desempeño, en ese sentido, ha tenido más que ver con sus propios intereses político-corporativos que la defensa irrestricta del interés nacional.
Entre otros, casos como el del impune exsecretario de transporte Ricardo Jaime, hasta hace poco presidente del PJ cordobés, o el descomunal avance de socios del gobierno (Eskenazi, López, Ulloa, etc.) en áreas estratégicas, muestran con claridad las deficiencias éticas e institucionales del kirchnerismo en su concepción de lo público: la constante ha sido hacer negocios privados con el patrimonio de todos los argentinos. Sus políticas de concentración y reparto han quedado a la luz con el reciente escándalo Schoklender. ¿Por qué la Ciudad sería la excepción a tales prácticas?
¿Trasladará Filmus la minería a cielo abierto con sustancias contaminantes a la Ciudad Autónoma? ¿Seguirá haciendo negocios fraudulentos con el grupo Macri, intermediario en la iniciativa del Ejecutivo de comprar 10 mil millones de dólares de material ferroviario a China? ¿Tendrá su Jaime, su López o su Eskenazi porteños? ¿Convertirá las Comunas en auténticos feudos del PJ, como ocurre con los intendentes del Conurbano? ¿Convertirá el Ministerio de Cultura en una mera “secretaría”, como ocurre a nivel nacional? Proyecto Sur se planta frente a los dos gobiernos que, con sus rencillas y simulaciones, han perjudicado a los porteños sin preocuparse por solucionar los problemas que aquejan a nuestra querida Ciudad.
En los planteamientos de Filmus, también hay que tener en cuenta una subrepticia metodología de la extorsión y el miedo. Pues lo que “sugiere” su consigna de campaña, “sumar la Ciudad al proyecto nacional”, es que, de no ganar el FPV, el próximo Jefe de Gobierno tendrá serias dificultades para gobernar la Ciudad. Inaudito: la gobernabilidad, para el kirchnerismo, está sujeta al signo partidario de quien triunfe en las elecciones. Nada más alejado de los valores democráticos y emancipadores que ponen el interés común sobre el interés sectorial.
En definitiva, las pretensiones del candidato oficialista poco tienen que ver con el interés de los porteños, con la autonomía de la Ciudad, con la salvaguarda de nuestro patrimonio. En eso son lo mismo que el macrismo. Tan es así que el kirchnerismo votó el 70 % de los proyectos presentados en la legislatura. Por ello, como ha afirmado Fernando “Pino” Solanas, candidato a Jefe de Gobierno por Proyecto Sur, en las elecciones del 10 de julio se juega la posibilidad de transformar la Ciudad sobre la base de la ética, la autonomía y el respeto irrestricto de lo público.
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