Continúa la lucha de Felix Díaz de los Qom en el acampe de Av de Mayo y 9 de Julio.
Incumplimiento de los derechos indígena
El qarashe de la comunidad Napocna Potae Navogoh (La Primavera), Félix Díaz, está acampando debajo de la estatua del Quijote, entre las anchísimas y estruendosas vías de la 9 de Julio. De la misma forma que en 2010, se instaló penosamente a esperar que la Presidenta, Cristina Fernández, lo reciba. Su reclamo es clarísimo, pretende que las autoridades de los tres poderes tengan la voluntad de hacer cumplir las leyes.
Se sabe que históricamente las comunidades preexistentes de lo que luego se constituyó como Argentina, han sido esclavizadas, masacradas, violadas y torturadas. Lo que no se quiere mostrar y tal vez, no se quiere ver, es que el aniquilamiento de la Campaña del Desierto de Roca sigue vigente, bajo otras formas, pero no tan distintas de las de hace más de cien años.
Dentro de la propaganda política de Derechos Humanos implementada por el gobierno kirchnerista, solo se tuvo en cuenta la justicia para los torturados, asesinados y desaparecidos de la última dictadura militar, pero con otras minorías postergadas solo se han vuelto impunes los delitos de lesa humanidad.
En el caso de Formosa, de donde proviene Félix Díaz, desde hace 20 años la gobernación está a cargo del justicialista Gildo Insfrán. La realidad de esta provincia es indignante, la mitad de la población no tiene acceso al agua potable ni al gas natural. Las condiciones de vida de la comunidad que dirige Díaz junto con muchas otras, no tienen acceso a prácticamente ningún servicio básico. La atención sanitaria, la educación, el agua, el territorio parecen no ser derechos para ellos.
En 1994, la Reforma de la Constitución Nacional, estableció mediante su artículo 75, inciso 17, el reconocimiento a “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos”. De allí se desprende además, la garantía de respetar su identidad y el respeto a una educación bilingüe e intercultural. Reconoce la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que ocupan tradicionalmente. El artículo también, asegura el derecho de estos pueblos a participar en la gestión referida a sus recursos naturales y demás intereses que los afecten. Nada de esto se cumple ni se aplica.
Según la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo), entre el 3 al 5% de la población argentina es originaria. Es decir, sus antepasados no bajaron de barcos y fundaron un país al mejor estilo europeo. Otros estudios concluyen que alrededor del 63% de los habitantes de toda la nación tienen en sus genes sangre originaria.
Sin embargo, no es suficiente. Las comunidades indígenas solo pueden estudiar en castellano; con maestros que, en muchos casos, no los entienden porque no hablan su idioma. Muchos originarios, además, se avergüenzan de su condición y solo se someten a una educación occidental que no contiene ningún valor cultural qom, kolla o mapuce. Otros, directamente no pueden ir a la escuela. Por ende, la educación bilingüe e intercultural no los alcanza.
EL artículo 75 habla por sí solo. Mapuces esposados a pozos de extracción de petróleo no convencional en tierras ocupadas ancestralmente en Vaca Muerta; comunidades guaraníes desalojadas de miles de hectáreas por inundaciones provocadas para la construcción de represas; wichís, qoms y kollas con causas judiciales armadas para arrancarles sus campos para la explotación de uranio o la deforestación para “ampliar la frontera sojera”. Nada de esto hace pensar que existe el ánimo de otorgarles la posesión y propiedad de los territorios reconocidos por la ley. Mucho menos del derecho de participar en la administración de recursos naturales.
Félix Díaz está acampando en medio del microcentro porteño para hacer visible todas estas irregularidades y otras igual de importantes. Lo acompañan representantes de otras comunidades como Agustín Santillán, Relmu Ñamku, Viviano Luna, Israel Alegre, Jorge Palomo y Franco Saturnino, referentes de comunidades Wichi, Qom, Pilagá, Nivaclé y Mapuce con quienes presentó a los Poderes del Estado una solicitud de audiencia para plantear sus demandas. Se encuentran a la espera de respuestas.
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