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La corrupción ferroviaria continúa

A un año de la mayor tragedia ferroviaria nacional, continúa el perverso sistema de las concesiones y los mismos concesionarios desde Menem.

El accidente del tren en Once se llevó 51 vidas.

tragediaonceA un año de la mayor tragedia ferroviaria nacional, continúa el perverso sistema de las concesiones y los mismos concesionarios desde Menem.

Sigue intacto el triángulo de la corrupción –Secretaria de Transportes, CNRT, dirigencia ferroviaria y empresas-, y no ha sido investigada la caja negra y la ruta de los subsidios para saber adonde fue el dinero que no llegó a los trenes.

Tampoco se hizo la auditoria del inventario del millonario patrimonio que se les entrego a los concesionarios en uso, con 37 talles-fábricas, miles de vagones, locomotoras, maquinarias y herramientas y 60.000 cuentas de repuestos. La gran mayoría de estos bienes desaparecieron sin que nadie exigiera su reposición.

En este primer aniversario, los Cirigliano siguen cobrando del Estado -con abultados sobreprecios- por las reparaciones que le hacen a los vagones del Sarmiento y Mitre, a través de su empresa EMFER S.A, y continúan manejando los trenes a través de la UGOFE S.A. que opera el Ferrocarril Gral. San Martín, el Gral. Roca y el Belgrano Sur.

Por otro lado, la flamante empresa gemela UGOMS -actual gerenciadora del Sarmiento y Mitre- es manejada por sus socios: Ferrovías (Grupo EMEPA) Y Metrovías(grupo Roggio).

El ciudadano se preguntará qué son la UGOFE y la UGOMS: un invento del gobierno para nuclear a los concesionarios TBA, Metrovías y Ferrovias, que encubre una verdadera estafa a los ciudadanos: por contrato, la UGOFE y la UGOMS, son sociedades anónimas creadas por el Estado Nacional y manejada por privados a quienes se les da indemnidad como gerenciadores del servicio.

Es decir, no tienen ninguna responsabilidad civil en cualquier tipo de siniestro, daño ambiental o causas laborales, y por si fuera poco, las multas que se le pueden aplicar no salen de sus bolsillos sino del de todos los ciudadanos.

Tienen múltiples rentas aseguradas por el gobierno: se llevan el 6% de los ingresos por boletería, de los negocios colaterales y de los subsidios en concepto de gastos operativos y de explotación (salarios + mantenimiento), más otro 6% de lo que aporta el Estado para Inversión por el “Programa de Obras Indispensables” y reparaciones que realizan los concesionarios en los talleres del Estado.

A principios del siglo XX la escandalosa “Ley Mitre” le otorgaba a los ingleses una garantía de renta del 6,8% sobre el capital invertido, aquí las privadas no invierten nada: es una estafa más flagrante que la de hace 100 años.

A todas las empresas de los ferrocarriles metropolitanos (Metrovías, Ferrovías y TBA) el gobierno les transfirió en el 2012 sólo en concepto de subsidio: $4.603 millones, de ese monto la UGOFE recibió $3.068 millones, si a esta última sumamos la cantidad de boletos vendidos 158,2 millones a $1 promedio, llegamos a un ingreso final de aproximadamente $3226 millones. La remuneración del 6% ascendería a una cifra superior a $193 millones, sin siquiera considerar los ingresos por negocios colaterales de cada una de las tres concesionarias más las contrataciones directas a sus subsidiarias.

De semejante estafa ¿no es responsable el Ministro de Planeamiento Julio de Vido que desde el 2003 tiene bajo su órbita a la Secretaria de Transporte y tuvo al frente durante 6 años a Ricardo Jaime? ¿La Presidenta no es la principal responsable de la gestión de sus ministros? Todos–incluso Cristina-conocían los informes de la Auditoria General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y las denuncias realizadas. La opinión pública las vio con nuestra película LA PROXIMA ESTACION, cuyo estreno dio motivo a que su ex ministro Aníbal Fernández nos acusara de haber incendiado vagones para promocionarla.

Años después, detuvieron al delegado de los trabajadores ferroviarios Rubén Pollo Sobrero por la operación comando que incendió varios vagones a la misma hora y en distintas estaciones. Aníbal Fernández dijo que tenia pruebas para detenerlo, pero dieron marcha atrás. La infamia era empujada por la empresa TBA, “armada” con el gobierno y servida por un juez subrogante a su servicio. La operación escondía el jugoso negocio de la quema con reparación de vagones y sobreprecios en los mismos talleres del concesionario Cirigliano: EMFER SA
A pesar de las 51 víctimas de Once y las 12 de la calle Artigas, de los relatos mentirosos y descargos, el ministro de Vido fue absuelto en la causa y la fiesta de las concesiones, subsidios, estafas y complicidades, continúa

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