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La deuda de la dirigencia política

Por Alejandro Olmos Gaona (asesor Proyecto Sur). Un analisis minucioso del Presupuesto 2018 enviado por el oficialismo.

Equivocadamente se supone que la deuda externa emitida por el gobierno del PRO, es de su única responsabilidad, ignorando que todas las obligaciones externas contraídas por el Poder Ejecutivo, fueron autorizadas por las leyes de presupuesto votadas por los legisladores que integran el Congreso de la Nación. Y cuando me refiero a ellos estoy hablando de la UCR, del PJ, del FPV, de partidos provinciales, con las excepciones del caso.

No solo votaron favorablemente el pago a los buitres, sino los presupuestos donde el pago de la deuda siempre ocupó un lugar de privilegio, deuda que ningún gobierno de la democracia quiso auditar o impugnar, aceptándose siempre las exigencias de los acreedores, que nunca perdieron dinero a pesar de los defaults.

Sin entrar a profundizar en su totalidad la Ley de Presupuesto enviada al Congreso, quiero mostrar muy resumidamente algunos números que pondrán en evidencia la precariedad de nuestra economía, y como la deuda sigue siendo el gran condicionante de aspectos importantes de la economía.

Aunque en el presupuesto las cifras están en pesos las he convertido en dólares a 40 pesos, para hacerlo más comprensible, ya que el gobierno estima ese precio para la divisa norteamericana.
La deuda a emitir en el 2019 será de 77.600 millones de dólares
Las Amortizaciones y otros pasivos serán de 50.800 millones de dólares
Si deducimos lo que se va a pagar de lo que se va a emitir, la deuda se incrementará el año próximo en 26.800 millones de dólares.
Obligaciones encubiertas: 20.000 millones de dólares

Al hablar de deuda encubierta, me refiero a la emisión de 800.000 millones de pesos de letras del Tesoro prevista por el art. 41 de la Ley de Presupuesto, que si bien técnicamente no es deuda de la Administración Central, ya que son obligaciones para cubrir deficiencias estacionales de caja, pero si no se cubren dentro del año fiscal, se convierten en deuda pública como lo establece el art. 82 de la Ley 24.156. Es decir que son obligaciones que deben pagarse, aunque se utilicen tecnicismos financieros que disimulan esta circunstancia.

En resumen que el año 2019, se va a emitir deuda neta por 26.800 millones de dólares, con la descomunal suma de intereses que tales obligaciones van a significar, a lo que habría que agregar lo que puede ocurrir con las letras del Tesoro a que hiciéramos referencia.

Si bien los gastos sociales han aumentado 18.500 millones de dólares, tal suma no compensa la licuación de sueldos que va a causar la inflación de este año, que se estima en un 40%, muy lejos del 15% estimado en diciembre del año pasado por el equipo del gobierno, cifra que quedó totalmente desactualizado ante las circunstancias que son de dominio público.

En el 2019, hay que pagar solamente de intereses de la deuda: 746.000 millones de pesos que en dólares significa 20.000 millones de dólares, de los cuales se van a pagar según el presupuesto solo 600.000 millones, debido a lo cual 146.000 millones se van a capitalizar por anatocismo, aumentando más todavía el endeudamiento público.

A los efectos de establecer comparaciones necesarias que demuestren como se privilegia el pago de la deuda, sobre otros rubros que resultan fundamentales para el funcionamiento de la Nación, observamos que los montos destinados a Salud, Educación y Cultura, Ciencia y Técnica, vivienda, agua y alcantarillado, y ecología y medio ambiente, en total suman 486.968 millones de pesos..
También en el presupuesto se le dan amplias facultades al Jefe de gabinete de Ministros para reasignar partidas presupuestarias, y se modifica la ley 24.156 de administración financiera en su art. 65, por la cual para toda reestructuración de deuda, no será necesario que la misma se funde en tener mejores tasas, plazos y montos, como se establece en la ley, sino atendiendo a las condiciones del mercado financiero, es decir a los especuladores y los buitres de siempre.

Finalmente, se ordena que el Banco de la Nación transfiera a la tesorería, 15.000 millones de pesos de sus utilidades en vez de capitalizarlo.

Aunque este año, aparentemente muchas de las llamadas turbulencias puedan aquietarse, y a pesar del apoyo del FMI, vamos inexorablemente a una nueva crisis de la deuda, con su lógica consecuencia de nuevas reestructuraciones, ajustes, condicionamientos, lo que determinará el inexorable aumento de la pobreza, la marginalidad y la exclusión de los más vulnerables.
Esto es CAMBIEMOS y las cifras lo demuestran acabadamente.

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