Por Fabián Lugarini (Asesor de Proyecto Sur). La intervención a la AFSCA y la AFTIC podría culminar con el ingreso de las empresas de telecomunicaciones al negocio del cable.
La intervención del AFSCA, la "convergencia digital" y el triple play
La intervención por decreto del gobierno macrista a la AFSCA y la AFTIC no solo representa la remoción de un personaje antipático como Sabbatella (el cual centró toda su gestión al frente de la AFSCA en combatir al grupo Clarín) así como de los directorios colegiados de estos dos organismos (los cuales estaban integrados por miembros tanto del oficialismo como de la oposición y representantes de la sociedad civil), sino que pareciera prenunciar lo que el gobierno kirchnerista quiso implementar tanto en el año 2009 por medio de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como en el año 2014 con la ley Argentina Digital: allanar a las empresas de telecomunicaciones la entrada al muy rentable segmento de negocios de la televisión paga, ofreciendo así, simultáneamente, servicios de telefonía, Internet y cable (también conocido como Triple Play). Esto, en ambas ocasiones, fue impedido por el Congreso de la Nación dado que como dijera el Senador Pino Solanas durante la sesión en que fue tratado el proyecto de ley Argentina Digital: "Lo que acá está en disputa es el control de las autopistas de la información."..."¿esto está abriendo nuevas redes? No; esto está concentrando. ¿Y cómo es posible que le regalemos a Telefónica de España semejante negocio? Por eso, detrás de las buenas intenciones acá hay un gran negocio, gigantesco, de cerca de US$13 mil millones."
El ministro Aguad fue lo suficientemente explícito en sus declaraciones al anunciar el decreto de intervención a la AFSCA y la AFTIC: "no se toca la ley de medios, por ahora", aunque aclaró que esa ley "se va a revisar" para finalmente rematar con "se estudia la convergencia tecnológica", esto es: la televisión por cable, la telefonía e Internet al pasar todas por el mismo "caño" no deberían estar reguladas por el Estado dado que, según Aguad, "el país necesita modernizar su infraestructura tecnológica de comunicaciones"..."está todo parado. Por eso no andan los celulares, por eso Argentina se atrasó tecnológicamente en la región"..."se debe orientar la política en el sector con una mirada hacia la convergencia para que haya una fuerte competencia (entre operadores telefónicos y empresas de televisión paga)".
Pero veamos que es lo que sucede en el segmento de la telefonía móvil (la cual NO es un SERVICIO PÚBLICO y por lo tanto su tarifa no está regulada sino que es determinada por la "libre competencia" entre los distintos participantes de ese mercado):
En Argentina el servicio de telefonía móvil se encuentra básicamente concentrado en tres empresas: Claro (América Móvil), Movistar (Telefónica) y Personal (Telecom Argentina), cada una con una participación aproximada de un tercio del mercado doméstico, las cuales suman una facturación de casi US$8 mil millones anuales (US$8.300 millones si se incluye la facturación de Nextel Argentina). Esta alta concentración de la telefonía móvil local, sumada a una política de cartelización tarifaria, reduce notablemente las opciones del usuario tanto con respecto a tarifas como a la calidad del servicio. En Argentina la modalidad pre-paga de la telefonía móvil, la cual es utilizada por el 73% del total de los usuarios de celulares, tiene una tarifa un 200% más cara que la de la modalidad con factura o por contrato, en tanto que en Brasil la tarifa pre-paga es solo un 40% más alta que la tarifa por contrato, en Chile es un 60% mayor y en México un 80% más cara.
Asimismo, cabe agregar que la explosiva expansión en la cantidad de usuarios de telefonía móvil en Argentina no fue acompañada por las inversiones correspondientes en infraestructura para adecuar la red al crecimiento exponencial que experimentó la demanda. La red de telefonía móvil en nuestro país sufre endémicamente “apagones” y “cuellos de botella” en horarios picos resultando esto en un servicio de pésima calidad. Entre los años 2000 y 2014 Telefónica de Argentina y Telecom Argentina invirtieron en los servicios de telefonía móvil y fija (incluyendo el servicio de Internet de banda ancha) menos de US$6 mil millones, mientras que solo en el año 2014 entre ambas compañías facturaron más de US$7 mil millones, teniendo una rentabilidad operativa (antes de depreciación y amortización) superior al 25% anual. En el mismo período Telefonica Chile invirtió US$15 mil millones en infraestructura (incluyendo telefonía fija y móvil así como Internet de banda ancha) contando con una base de clientes de 13 millones, lo cual representa una inversión de US$1.154 por cliente durante los últimos diez años. Por el contrario, Telefónica de Argentina y Telecom Argentina suman una base de clientes de 52 millones, incluyendo líneas fijas y móviles así como accesos de Internet de banda ancha, lo cual representa una inversión de solo US$115 por cliente durante los últimos diez años, o sea, una inversión DIEZ VECES MENOR que la efectuada en Chile solo por Telefónica y a pesar de tener en el país trasandino tarifas iguales o inferiores a las de Argentina en estos mismos servicios.
Finalmente, teniendo en cuenta los lamentables antecedentes de las empresas telefónicas en materia de inversiones en telefonía móvil en nuestro país, así como su tendencia a la concentración y cartelización de los mercados en los que participan, podemos inferir que sucedería con el servicio de televisión por cable si estas empresas ingresaran al mismo. Esperemos que el nuevo gobierno de CAMBIEMOS no intente llevar a cabo por decreto lo que el kirchnerismo no pudo lograr a través de las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual y Argentina Digital.
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