Anahi Cordero. Integrante de la Mesa Directiva Gremio AGD Derecho. Profesora Adjunta (regular) de Derecho Comercial UBA. Miembro de la Dirección Ejecutiva de Proyecto Sur CABA.
El mal trato a los docentes que demuestra la Universidad de Buenos Aires (UBA) desde hace años es una muestra más del proceso de retroceso que vive la universidad publica en beneficio de la privatización de la educación.Miles de docentes trabajan “ad honorem” todos los días cubriendo cientos de horas cátedra. Son docentes que no están nombrados, que ponen dinero de su bolsillo para ir a dar clase, que se pagan su propia capacitación, sus viáticos, sus materiales. Estos docentes carecen de salario, ART , obra social, no pueden acceder a becas ni ingresar al programa de investigación de la UBA. Todos estos docentes, la gran mayoría jóvenes, concurren con ganas de enseñar y especializarse para hacer una Universidad mejor, pero trabajan SIN SALARIO, ni viáticos ni remuneración alguna. La única gratificación que tienen es el ejercer su vocación y su amor por la educación y por la UBA.
Esas miles de personas son ignoradas por el Rectorado y el Consejo Superior que muy bien saben que de su existencia depende la supervivencia de la Universidad y por ello los denominan hipócritamente “docente no asignados”, algo así como trabajo esclavo”. Ni el Ministerio de Educación ni el Ministerio de Trabajo se hacen cargo de esta realidad: a ellos no les importa que estos MILES de docentes carezcan de todos los derechos que la Constitución y la Ley le brindan a todos los trabajadores.
La falta de recursos asignados a la educación por parte del Estado Nacional hace que la UBA cada vez baje más su nivel educativo de acuerdo a mediciones internacionales y que cada vez baje más la matrícula en sus sedes. Su planta docente se encuentra congelada, no permitiendo que las nuevas generaciones ingresen a la docencia y a la investigación.
Una Universidad que pretende la excelencia no puede degradar a sus profesores haciéndolos trabajar sin pagarles el salario que les corresponde. Es así como estos “ad-honorem” pueden llegar a estar hasta 10 años dando clase sin cobrar un solo peso de salario y sin poder acceder a becas e investigación, lo que hace que ante la falta de nombramientos se produzca la deserción de los mismos hacia Universidades privadas que pagan salarios o directamente abandonan la docencia, sintiendo una gran frustración. Desde AGD, gremio al que pertenezco como parte de la Mesa Directiva de Derecho, venimos luchando para la regularización de estos compañeros “ad-honorem” sin que seamos escuchados por el Rectorado y el Consejo Superior pone como excusa la falta de recursos y el incumplimiento de la ley 26.508 sin reconocer que la verdad es la falta de presupuesto asignada a la educación., situación que ellos consienteN año a año.
El Ministerio de Educación reconoció esta precariedad y en 2007 abrió la primera etapa del PREDAH (programa de remuneraciones para la docencia ad honorem). Ante congelamiento de dicho programa, desde AGD estamos haciendo un relevamiento en cada una de las facultades de los docentes ad-honorem y exigiendo al Ministerio de Educación la apertura de una segunda etapa a fin de lograr que todos los docentes puedan obtener el cumplimiento de sus derechos laborales que es el PERCIBIR EL SALARIO QUE LES CORRESPONDE.
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