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La variable de ajuste del oficialismo es el salario

El referente de Proyecto Sur Entre Ríos manifestó las contradicciones del ajuste llevado a cabo por los gobiernos oficialistas en las negociaciones salariales del año en curso.

Hugo Rivas, Proyecto Sur Paraná.

Es realmente problemático el devenir de las negociaciones salariales de este año 2013. En un país con inflación superior al 25% anual, con sueldos estatales atrasados y pautas de recaudación superiores a la variación de precios, el oficialismo opta por otorgar aumentos menores al 20% anual en promedio. Ante esa realidad nos preguntamos desde Proyecto Sur Paraná: ¿Qué clase de gobiernos nacionales y populares son estos sí, como patronal, ajustan a sus trabajadores? ¿Y a qué se destinará el excedente de recaudación, en un año de elecciones?

Atravesando el tercer mes del año, han sido cerradas por decreto las paritarias docentes nacionales. El aumento decretado por el gobierno nacional del 22% en tres cuotas ha sido declarado insuficiente por todos los gremios docentes, dado que significa un atraso en términos reales y más aun teniendo en cuenta que el último tramo se abonará en 2014. En un intento de negar sus responsabilidades, desde el gobierno central se argumenta a través del aparato mediático oficial y paraoficial que es responsabilidad de las provincias la situación salarial, dado que la paritaria nacional es solo el piso. Pero la experiencia de los últimos años ha demostrado que el piso actúa en muchas provincias adeptas también como techo. En algunos casos porque provincialmente no se cuenta con los recursos y no tienen la posibilidad de emitir o echar mano a cajas como el ANSES, entonces las única alternativas son: el favor de la Casa Rosada –cada vez más en rojo- y por el endeudamiento. Pero en otras provincias como la nuestra y según los informes oficiales la recaudación impositiva permitiría hacer justicia con el personal del Estado, muy atrasado en comparación con otras provincias y, por esta vía, apoyar la actividad económica local.

Pero resulta lamentable el precedente fijado por el gobierno nacional de cerrar una paritaria por Decreto, en un gesto de autoritarismo que desbarata la negociación salarial apelando al poder de ser patrón y Estado al mismo tiempo. Lo que marca la decisión de que los sueldos públicos sean una variable de ajuste de un modelo que no se sustenta.

En este contexto, el gobierno provincial para no ser menos y mostrando su alineamiento trasladó a las negociaciones locales lo decretado a nivel nacional. Fijando reajustes insuficientes como han demostrado los gremios pero estableciendo el chantaje de los descuentos y la responsabilidad de la falta de servicios sobre los gremios combativos como es el caso de la educación.

Más patético es el caso de la negociación con los empleados públicos del estado provincial, donde la representatividad de los intereses de los afiliados está mucho más en cuestión, siendo el ejemplo más aberrante que el presidente de la cámara de diputados y legislador oficialista sea simultáneamente representante de uno de los gremios estatales.

Queda claro que la miserable posición del gobierno provincial juega con la necesidad de sus empleados para maximizar los ingresos a su caja política.

Por su parte, el gobierno municipal mantiene intervenido al sindicato mayoritario para que quede clara su vocación de limitar el poder de sus trabajadores.

Con impuestos son cada vez más altos sin dejar de ser esencialmente regresivos y los sueldos se atrasan convirtiéndose en cada vez más bajos está claro el carácter antipopular de estos gobiernos.
Entonces nos encontramos con administraciones que están en crisis por no ser sumisos al poder central y otras que no otorgan aumentos en función de sus posibilidades, sino que lo hacen reservándose un excedente para las campañas electorales y el clientelismo basado en contratos que toman de rehenes a quienes se convierten en militantes rentados que aseguren la posibilidad de la reelecciones indefinidas.

Ante realidad alarmante y en un año electoral llamamos a la reflexión a los entrerrianos y los invitamos a pensar en un modelo de país, de provincia y de ciudad alternativos. Desde Proyecto Sur creemos que se debe construir un gran frente social, gremial, político, y cultural que trascienda el ámbito de la resistencia o del testimonio para transformarse en una alternativa política concreta y con ese objeto, estamos estableciendo diálogos con todos los actores que cuestionan el actual modelo para encontrar puntos de acuerdos mínimos con algunos y más profundos en lo programático con otros esto con el fin de conformar una fuerza transformadora que nos emancipe como comunidad.

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