Contudente artículo que analiza el importante trabajo de la juventud en la construcción de un proyecto nacional emancipador.
"Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones."
Seneca.
Es bueno que los jóvenes se acerquen a la política y conozcan cabalmente la importancia de su participación y sus aportes. Proyecto Sur afirma que la clave para el futuro es la mayoritaria incorporación de los jóvenes en la construcción de un proyecto nacional emancipador. La forma en que una sociedad trata a su juventud da cuenta de la proyección de sus valores y su potencialidad. En nuestro país, sucesivas camadas de jóvenes fueron duramente golpeadas por experiencias límite que coartaron sus posibilidades y su futuro: el genocidio de la dictadura militar aniquiló los sueños de los 70’; otros fueron obligados a morir o a desquiciarse en la guerra de Malvinas. Más tarde, ya en democracia, las distintas políticas condenaron a millones de niños y jóvenes a la indigencia y la pobreza, con graves dificultades para acceder a la educación y a la salud o conseguir un trabajo digno. Fueron testigos además de la degradación de la clase política, que no fue capaz de brindarles oportunidades para la realización integral de sus potencialidades: en la actualidad el 75% de los jóvenes entre 18 y 29 años aún está en condiciones laborales precarias, tercerizados o desocupados; a pesar de que en los últimos 7 años el país tuvo altas tasas de crecimiento económico.
Ante esta realidad, Proyecto Sur plantea como uno de sus objetivos fundamentales la reparación histórica de la juventud argentina y el compromiso de garantizar las condiciones que les permitan ser protagonistas de su propia historia. Para ello una clave fundamental esta en el diálogo entre generaciones y en la formación de los jóvenes militantes. Es tarea de la juventud comprender las verdaderas causas de sus desgracias, conocer las razones del atraso y el estancamiento nacional, por encima de toda falsedad e impostación. Debe abrirse camino entre la maraña de intereses creados; tomar conciencia acerca de cuán profundamente afecta a su presente y su futuro la sangría de recursos económicos que significan el pago de una deuda externa ilegítima y fraudulenta; la depredación de la fauna marítima; la destrucción de los bosques nativos en beneficio de los cultivos de soja; o la destrucción de glaciares o montañas y la contaminación de las aguas con cianuro provocada por la mega-minería.
Entre el 2005 y el 2010 Argentina ha pagado unos 60.000 millones de dólares por amortización e intereses de la deuda externa. Es esencial que los jóvenes puedan evaluar la magnitud de lo que esta cifra significa: como parte de un plan integral de reindustrialización del país, con 5.000 millones de dólares es posible reconstruir el Sistema Ferroviario Nacional; con 3.000 millones de dólares reconstruiríamos la Flota Mercante del Estado, con 10.000 millones de dólares la Industria Aeronáutica Nacional. Todo esto crearía decenas de miles de puestos de trabajo, además de dinamizar las economías provinciales y de promover desarrollo científico-tecnológico autónomo. Pero ante todo, el gran desafío de la juventud es comprometerse con la causa de erradicar el hambre en la Argentina y la muerte por desnutrición de nuestros chicos.
Nuestro proyecto se sustenta en la lucha por implantar nuevos valores y una ética pública que impida hacer negocios personales o de amigos con bienes públicos, que son de todos los argentinos. Una ética de la honestidad y la transparencia contra la degradación moral que acompañó la hegemonía neoliberal.
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