Proyecto Sur Berisso lanza un llamado de atención sobre la puesta en marcha de la nueva terminal portuaria.
En base a datos que proporciona un trabajo de su asesor, el Ingeniero Norberto Rosendo, Proyecto Sur Berisso lanza un llamado de atención sobre algunos efectos aún no demasiado contemplados que generaría la puesta en marcha de la nueva Terminal portuaria. Las proyecciones apuntan, por ejemplo, a evaluar el impacto que el nuevo enclave ocasionaría en la red vial de la región. Entre otras, una sugerencia importante es la de contemplar la alternativa que ofrece la ‘opción ferroviaria’.
En agosto, el Ingeniero Norberto Rosendo, asesor del equipo de trabajo de Proyecto Sur Berisso, terminaba de redondear un trabajo titulado “Puerto La Plata y sus rutas de escape”, cuyas conclusiones se dispone a difundir en las próximas semanas dicha fuerza política.
Esteban Vaccaro, referente de Proyecto Sur Berisso, comparte que el análisis y las proyecciones que proporciona el trabajo serán planteados en espacios de debate institucional a nivel regional, incluyendo cámaras deliberativas y concejos deliberantes.
Sin negar que la construcción de la Terminal constituye una buena noticia, el trabajo de Rosendo establece que un movimiento de 750.000 contenedores por año obligaría a la expansión de la terminal más allá de sus límites originales, replicando situaciones como las que ya se vivieron en otras terminales, como las ubicadas en Avellaneda.
El citado movimiento de contenedores, se expone también en el documento, representaría un millón y medio de viajes de camión por año y la circulación cotidiana de unos 4.200 camiones.
“Este número de camiones significa un camión cada 10 segundos durante 12 horas por día y una fila de camiones cada 200 metros que ocuparán totalmente una mano de la autopista Bs. As. - La Plata”, reseña Rosendo, advirtiendo que dichos camiones circularán por la Av del Petróleo Argentino (60) y por el centro de Berisso hacia la 66, destruyendo totalmente, en un término no mayor a 4 años, los pavimentos por los que transiten.
“El actual deterioro de la Ruta 6, así como la mayor distancia a recorrer, hacen de esa arteria un camino poco probable para los camiones que salgan o lleguen a la terminal”, expone el profesional, aseverando que reparando tan solo en los quebrantos que producirán la rotura de carreteras -esto es haciendo caso omiso de otros pasivos que podrían darse en términos ambientales para los habitantes de la región- la obra produciría un ‘perjuicio público’ de 2.58 millones de dólares por año, además de varios muertos, si se tiene en cuenta una proyección estadística.
“Creemos sin embargo que desde el punto de vista de la comunidad existen alternativas mucho más atractivas que la expansión del Puerto La Plata, aunque políticamente más difíciles de llevar a la práctica”, sostienen los miembros de Proyecto Sur, alegando además que los análisis de mercado que se efectúan en el ámbito portuario y de los inversores se muestra ‘demasiado optimista’, tal vez sin contemplar lo que podría representar en términos de negocios la aparición de nuevos factores, como el asociado a la construcción del puerto de Berazategui, que en alguna medida podría constituir un eje competitivo a tener en cuenta.
“Es aquí que creemos que el desarrollo de la opción ferroviaria, ni siquiera contemplada en el desarrollo de la obra, no solamente es infinitamente mas económica que la opción carretera, sino que significaría una ventaja muy importante para el propio emprendimiento”, advierten desde Proyecto Sur, en sintonía con lo que propone el trabajo de Rosendo. La conexión ferroviaria, aseguran, significaría una inversión de 30 millones de dólares y se amortizaría en sólo seis años, dejando además una notable ventaja al Puerto.
Obras urgen
Semblanteando lo que sería la dinámica vial una vez que comience a operar Tecplata, representantes de Proyecto Sur analizaron que los camiones utilizarán el acceso principal a la Terminal que se construye actualmente en la zona del Hogar Social, para dirigirse a la rotonda Favaloro, de allí a la extensión de calle 60 hasta la 122 y a la Autopista.
“No hay previstas a la fecha obras complementarias desde la rotonda de 60 y 128 hasta la cabecera del Puerto. Es decir, Berisso no contempla ninguna obra vial complementaria a la nueva terminal portuaria, mientas que Ensenada ya ha conseguido la firma de la iniciación de los trabajos de la extensión de la autopista desde la actual bajada en 120 y 32 hasta la rotonda de 128 y 60”, definieron desde el sector político, sin dejar de observar que sería notablemente contraproducente intentar utilizar la red vial de Ensenada para sacar los contenedores del Puerto La Plata, teniendo en cuenta la presencia tanto del propio Puerto como de la Refinería de YPF.
“Ante una interrupción de la Avenida 60, probablemente se use este camino alternativo, pero en la práctica se usará la Avenida 60. Un tráfico como el descrito sobre una carpeta asfáltica como la que tiene la 60, más sus problemas de deslizamiento de suelo hacia el canal, provocarán que en un plazo no mayor a los seis o siete meses, la Avenida se vuelva intransitable”, expone en su trabajo el Ingeniero Rosendo.
El examen de un mapa de la región -se considera además en el documento- permite advertir que no existe alternativa posible para la construcción de una extensión de la Autopista que alcance la margen de Berisso del Puerto -excepto la calle 60- o una muy costosa alternativa que necesitaría de grandes puentes por la zona de la Selva marginal o lo que se plantea en el proyecto, que es la extensión de la Ruta 6.
“Actualmente, esa Ruta se encuentra en malas condiciones debido a una incorrecta ejecución de los trabajos originales, que ha llevado a que numerosas zonas de la nueva calzada presenten serios deterioros”, describe Rosendo, advirtiendo luego de analizar el proyecto para reacondicionar el camino que la conexión con el Puerto se efectuaría por la zona de la selva marginal.
“Esta es una obra cara, ambientalmente peligrosa ya que avanza sobre la selva marginal, e inútil, ya que nadie que tenga un contenedor que lo puede descargar del barco en Campana o Rosario lo hará en La Plata, debido a la abismal diferencia de precios entre uno y otro tipo de flete”, determina el profesional refiriéndose al empalme, sin dejar de observar que la mayor parte de los contenedores “se dirigirán hacia Capital o la zona del Gran Buenos Aires y que “sólo una pequeña fracción irá al interior del país”.
“Nadie en su sano juicio tomará la Ruta 6 con más de 200 Km. en exceso respecto a la Autopista por más que la misma sea gratis, debido a que los costos de tiempo y combustible serian sumamente mayores que los de la Autopista”, determinan en Proyecto Sur, arriesgando que aún quien se dirija hacia Zárate preferiría el camino de la Autopista y Acceso Norte antes que la Ruta 6.
En lo que hace puntualmente al impacto que en la región generaría el incremento del tránsito de camiones, desde la fuerza política se precisa que sin información demasiado precisa sobre el tema ‘deberíamos asumir que los camiones se desplazarán por la Ruta 11 (122) hasta la Av 66 (Eva Perón) y por ésta hasta Montevideo y de allí hasta la calle 2 y luego al Puerto’.
“Está de más decir que este tráfico de un camión de gran porte cada 3 minutos (asumiendo que solo el 10% de los camiones tomaran por Ruta 6) pasando por el centro de Berisso, le complicarán la vida a más de un habitante de esta ciudad, más allá de la polución que agreguen estos camiones que indudablemente bajaran la calidad de la vida en esta ciudad”, se precisa en el trabajo de Rosendo. “Un tráfico de este tipo terminaría con la flamante 66 en un plazo no mayor a los 2 o 3 años, lo cual implicaría que en un plazo no mayor a los 4 años de iniciadas las operaciones del puerto, los berissenses tendríamos serios problemas para simplemente alcanzar la ciudad de La Plata”, se lee también.
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