Por Fabian Lugarini (Asesor de Proyecto Sur). ¿Cuál es entonces el propósito del aumento tarifario para el gobierno nacional?
Hasta el 28 de marzo de este año, el precio del gas natural en boca de pozo, en promedio, era de US$2 por millón de Btu (para el GNC el precio era menor a US$2 por MMBtu, para las centrales eléctricas el precio se ubicaba en un rango entre US$2 y US$3 por MMBtu en tanto que para el consumo residencial el precio era menor a US$1 por MMBtu).
El 28 de marzo, por medio de la Resolución 28/2016 y sin Audiencia Pública previa tal como lo estipula el artículo 42 de la Constitución Nacional, el gobierno de Macri fijó nuevos valores para el precio del gas natural en boca de pozo promediando los US$5 por millón de Btu (prácticamente un 100% más alto que los valores internacionales de referencia), logrando así que Argentina tenga los precios de la energía más caros del planeta, dado que el precio del barril de crudo doméstico a US$67,5 es casi un 50% más alto que los valores internacionales de referencia).
El ministro Aranguren negó que el aumento tarifario fuese “fiscalista” y fundamentó la Resolución 28/2016 argumentando que el incremento "promovería inversiones en exploración y explotación del gas natural... así como la incorporación de reservas". Sin embargo, esto es absolutamente falso ya que las petroleras gozan desde el año 2013 de un régimen de subsidios para fomentar inversiones en exploración y producción de gas natural a través del Programa de Estímulo a la Inyección de Excedente de Gas Natural (PLAN GAS), por el cual el Estado Nacional habrá pagado a las petroleras por este concepto casi US$5 mil millones y el mismo seguirá vigente, por lo menos, hasta el 2017 inclusive.
Por otro lado, el ministro de Hacienda Prat Gay el 12 de julio declaró al respecto: “Entiendo que fue un golpe fuerte al bolsillo, pero los subsidios representaban el 4% del PBI”.
¿Cuál es entonces el propósito del aumento tarifario para el gobierno nacional?
En realidad este aumento es una brutal transferencia de recursos de los ciudadanos argentinos a las petroleras (que pasarán de cobrar por la venta de gas natural US$4.000 millones anuales a facturar US$6.800 millones con los nuevos precios), situación análoga a la que ocurre con los combustibles líquidos, premiando así los recortes en inversiones y el creciente nivel de despidos en la industria hidrocarburífera local.
Por otra parte, al aumento de más del 400% del precio del gas para los usuarios residenciales se sumaron meses de otoño particularmente fríos que llevaron los incrementos en las facturas a más del 1.000% en muchos casos, volviendo a la situación políticamente insostenible.
En una nueva muestra de incompetencia, pero sin dejar de favorecer a las petroleras, la administración macrista decidió establecer un "tope" limitando así los aumentos a "solo" el 400% con respecto a lo facturado el año pasado, pero al no reducir el precio del gas natural en boca de pozo la diferencia resultante entre el "incremento proyectado" y el "aumento limitado" que finalmente instrumentará el gobierno será pagada por el Estado Nacional, el cual en lugar de subsidiar a los consumidores subsidiará, una vez más, a las petroleras.
Asimismo, la Resolución 129/2016 al establecer un tope de aumento, para los usuarios residenciales, de 400% con respecto a la factura del mismo bimestre del año previo en lugar de propender al ahorro energético premia el despilfarro porque sin importar el incremento en los niveles de consumo el aumento en la factura tendrá un “tope” de 400%.
Pero de todas formas, la insensibilidad social del gobierno de Macri llega a su ápice con los usuarios del gas en garrafa dado que solo los usuarios residenciales que gozan del gas natural en red serán "beneficiados" con un "aumento limitado" de "solo" el 400%, en tanto que el 40% restante del país que utiliza garrafas por no tener acceso a la red de gas natural pagará el incremento en el precio del gas sin ningún tipo de "tope" o limitación al mismo.
Finalmente, en contramano de los dichos del ministro Aranguren para justificar la compra, sin licitación previa, de gas a Chile a precios un 128% superiores a lo que se paga el gas importado de Bolivia, esta nación hermana aumentará en las próximas semanas su producción de gas natural en un 10% gracias a una planta operada por la compañía francesa TOTAL, lo que permitirá asegurar los envíos a Brasil y a la Argentina, según declaraciones del martes 5 de julio del ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Sánchez. En una entrevista con la prensa de su país, Sánchez explicó que la producción global de gas boliviana se incrementará, próximamente, de 60 millones a 66,7 millones de metros cúbicos diarios por la producción en la planta de Incahuasi, ubicada en el este de Bolivia.
"Estamos haciendo las mayores inversiones para cumplir con los contratos que hemos firmado", dijo el ministro Sánchez. El ministro se refirió al tema a propósito de una reciente disminución de los envíos de gas natural hacia el mercado argentino, donde las autoridades pidieron a sus industrias restringir el consumo del combustible ante la baja. En la entrevista, Sánchez ratificó que se está cumpliendo con el contrato con la Argentina y sostuvo que en una reciente reunión entre autoridades estatales de la empresa boliviana YPFB y la argentina ENARSA se verificó el cumplimiento en promedio de las entregas.
"Entonces, hemos cumplido el contrato con la Argentina y con Brasil y tenemos una seguridad energética en el tema de gas al mercado nacional que nunca tuvimos", sostuvo Sánchez.
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