Recordamos un nuevo aniversario de la muerte del padre de la patria
Recordamos un nuevo aniversario de la muerte del padre de la patria con la esperanza de que su ejemplo y sus valores renazcan en la palabras que enunciamos y en la práctica que sostenemos. Con la firme convicción que su muerte solo ha sido material, porque los sueños que él encarnó son atemporales, están en nuestra condición como humanos y en cada generación podemos reconocer colectivos sociales, que han entregado todo de sí, como él, por la defensa de la Libertad y los Derechos del hombre.
La gesta Sanmartiniana fue posible porque fue fiel a los sueños y anhelos de su pueblo que lo acompañó, regando generosamente la tierra Americana con su sangre, hasta llegar a Lima donde se dictaron los decretos que permitieron abolir la esclavitud de los indios y los negros y estableciendo las garantías individuales para terminar con las torturas y tormentos.
San Martín nos dejó la autodeterminación expulsando el dominio Español y un tesoro invalorable de ética y conducta ejemplar, pero también nos dejó la empresa inconclusa de la definitiva emancipación. Su proyecto y del pueblo que lo acompañó, nos reclama desde su contundencia histórica, generación tras generación, no claudicar frente a los constantes y renovados embates del imperialismo.
Proyecto Sur viene construyendo una fuerza emancipadora sobre cinco grandes banderas, causas por la defensa de los intereses nacionales, de la justicia social y de la reconstrucción de la ética pública. No es casual que en agosto del 2007, en el mes de otro aniversario de la muerte del Libertador, izamos por primera vez esas banderas que son la síntesis de los sueños y anhelos emancipatorios de nuestro pueblo.
En tan corto camino hemos visto como los ciudadanos de nuestra patria le han otorgado absoluta vigencia a los temas que se desprenden de nuestras cinco causas. La entrega de la soberanía y el saqueo de nuestros recursos estratégicos ha tomado una actualidad innegable. El estatuto del coloniaje se lleva adelante no solo por la traición de gerenciadores locales sino por la instalación sistemática de la cultura de desapego a los valores solidarios, de respeto y responsabilidad sobre nuestro rol en el tejido social. Una cultura del individualismo y degradación de lenguaje, como compromiso con nuestros actos, impulsan el perfil necesario al modelo de consumismo irresponsable. Nadie es ajeno ni escapa a la trampa tendida por esta cultura posmoderna.
Inculcar los valores Sarmartinianos es tan imperativo proponerlo a la sociedad como exigirlo hacia adentro de nuestra fuerza o mejor aún condición primera, para ir en búsqueda del camino de la liberación.
Nuestro homenaje no será en vano sin honramos a nuestro Libertador rescatando del saqueo la palabra, de ese vacío de significado cuando la conducta señala lo opuesto a lo que se dice. Podemos dar testimonio de la lucha y el esfuerzo que hay que mantener para que la honestidad (innegable valor ético de San Martín) se traduzca en la práctica política.
Para vivir una vida digna, como para construir una fuerza emancipadora nunca es bastante poner a prueba los valores de honestidad y valentía que enarbolaron nuestros héroes patrios.
Mesa de Dirección Política
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