Una reflexión acerca de las declaraciones de Elisa Carrió y algunas otras personas, que pretenden descalificar la candidatura a presidente de Pino Solanas por razones de edad.
“Hola Pino, qué bien estás! Tenemos la misma edad”, comentó el Papa Francisco en la entrevista que le concediera en noviembre del año pasado. Este comentario nos permite una reflexión acerca de las declaraciones de Elisa Carrió y algunas otras personas, que pretenden descalificar la candidatura a presidente de Pino Solanas por razones de edad. Debiéramos preguntarnos si la política que está promoviendo Francisco como Jefe de Estado del Vaticano es fruto de un problema senil o de la sabiduría y la coherencia de sus ideas, que están trazando nuevos caminos; caminos que seguramente no recorrerá Francisco hasta el final. Su gran aporte es precisamente definir rumbos y establecer metas con coherencia, audacia y coraje, ante la violencia y la profunda crisis de valores que afectan al mundo y también afectan a nuestro país. Los años cumplidos no parecieran ser un obstáculo para las tareas planteadas. A la edad de Pino Solanas, Winston Churchill fue elegido para un nuevo período como Primer Ministro de Inglaterra y José Mujica asumía como presidente de Uruguay.
A su vez, la “experiencia de gestión” como cualidad imprescindible, es otra falacia esgrimida por una parte de la opinión política argentina. Lula Da Silva o Dilma Rousseff no tenían experiencia de gestión y, durante sus mandatos, Brasil se consolida como potencia emergente mientras más de 30 millones de brasileros son rescatados de la pobreza; Evo Morales no tenía experiencia de gestión, pero recuperó para Bolivia una renta petrolera pública del 85% y eliminó el analfabetismo, logrando un triunfo significativo a nivel nacional para un tercer mandato, con el apoyo de sectores de la población que antes lo denostaran. Tampoco tenían “experiencia de gestión” al asumir la presidencia, ni el Gral. Perón ni Nelson Mandela, entre otros. Sin entrar a evaluar el caso Kirchner, si “la gestión” fuera una garantía, debe recordarse que Carlos Menem y Eduardo Duhalde contaban con experiencias de gestión como gobernadores y Fernando de la Rúa como intendente de la Capital Federal.
Nos preguntamos si estas pretendidas descalificaciones no son una forma pueril de eludir un debate riguroso y en profundidad sobre un proyecto estratégico nacional, orientado a revertir el modelo extractivista y exportador que, junto a las políticas de corrupción y saqueo, están llevando al país al borde del abismo. Si se trata de evaluar las propuestas formuladas por Solanas en el debate político argentino, es posible considerar el caso de la reciente Ley de Hidrocarburos: el dictamen de minoría elaborado por la UCR o la mera negativa de sectores de la oposición ante el proyecto oficialista, contrastan con el proyecto presentado por los senadores Fernando Solanas y Jaime Linares, con el apoyo de todo el bloque UNEN de esa Cámara, integrado además por Luís Juez, Norma Morandini, Magdalena Odarda y Rubén Giustiniani: es la propuesta más lúcida con el objetivo de recuperar para la nación los recursos de petróleo y gas, que han sido vilmente entregados a perpetuidad por el oficialismo. Sus posiciones de avanzada acerca de la reconstrucción de los ferrocarriles y la industria naviera; la auditoria de la deuda; la defensa del ambiente y del agua; la dura crítica al extractivismo depredador en todas sus manifestaciones; los planes de reindustrialización con la creación de empresas publicas y emprendimientos productivos sociales, junto a un decidido apoyo a las Pymes; la promoción científico-tecnológica autónoma; la batalla integral contra la pobreza y por la calidad de los sistemas públicos de educación y salud que los argentinos merecen; la decisión de enfrentar la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico, que están destruyendo a la sociedad; la decidida vocación de garantizar un porvenir a nuestros jóvenes; la decisión de fortalecer la integración continental ante las estrategias de subordinación a las potencias del Este o del Oeste; son algunos de los lineamientos que marcan un proyecto nacional autónomo, ausente en otros candidatos presidenciales. Pino 2015 es la única posibilidad de iniciar ese camino de recuperación de un país y de un pueblo saqueado. Por lo demás, pretender descalificarlo solamente por su edad, es al mismo tiempo el reconocimiento implícito de una trayectoria coherente y honesta que lamentablemente no abunda en estos tiempos. Si se aceptara que la edad o la gestión son la única garantía para revertir la crisis de la sociedad argentina, volveríamos a equivocarnos.
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