Proyecto Sur se solidariza con los trabajadores del teatro Colon y se compromete a luchar por la derogación de la Ley de Autarquía.
Es un Monumento Nacional, uno de los tres teatros líricos mejores del mundo y fue elegido el primero por su acústica perfecta. Único por ofrecer conciertos en una sala lírica y el único con producción propia en sus talleres. El Teatro Colon abarca Opera, Ballet, Conciertos, el Instituto de Arte para la formación artística, el Centro de Investigación y Experimentación en arte contemporáneo, la Biblioteca, la Hemeroteca, el Archivo Musical y los Talleres de Producción Esceno-técnica.
Está siendo amenazado por la ambición macrista, representante del voraz neoliberalismo de estos días, que pretende hacer negocio con lo público a través del alquiler de las salas y con la producción de eventos como desfiles, actos publicitarios, filmaciones, fiestas benéficas, etc., tal como hoy sucede en teatros y museos de Europa y EEUU.
Este Proyecto de la Industrialización Cultural viene de fines de los 90’, con el Mega ministerio de Cultura, Turismo y Deportes de De la Rúa en la Nación y el “Proyecto Estratégico de Cultura de la Ciudad de Bs. As.” 2001-2010 de Ibarra-Telerman, que proponía la participación de la empresa privada para “promover y financiar las industrias culturales…” asociadas al desarrollo turístico. Telerman lo implementó hasta la llegada de Macri, quien lo entregó finalmente a quien estuvo en todo el proceso: Hernán Lombardi, experto en Turismo, no en Cultura.
Sus herramientas: la Ley de Mecenazgo (patrocinar “cultura” invirtiendo dinero que luego se descuenta de los propios impuestos) el Master Plan y la Ley de Autarquía del Teatro Colon. Hay proyectos similares autárquicos presentados a la Legislatura para el Centro Cultural San Martín, el Centro Recoleta y el Complejo Teatral de Bs. As., que tienen excelentes edificios y ubicación geográfica para “el negocio”.
El Master Plan 2001/2007 tenía tres etapas:
1) Pruebas de factibilidad para la preservación del Monumento
2) Licitaciones, obras a teatro abierto y
3) Cierre del teatro para terminar los trabajos.
La primera fue realizada por especialistas de la Dirección de Arquitectura, junto al famoso Instituto del Restauro de Roma, que actuó gratuitamente. Cuando se vio que allí no habría “negocio” se ignoraron los resultados y las pruebas las hicieron las no especializadas empresas adjudicatarias después de comenzar los trabajos… de allí el desastre… Así fue todo el proceso para adaptar el edificio a las necesidades de esta industria cultural privatista cuyos responsables, enriquecidos a costa del Plan (se han gastado casi 500 millones de pesos siendo el proyecto inicial de alrededor de 100 millones) casi han destruido gran parte de nuestro tesoro nacional. Y aun algunos siguen en sus puestos, como siempre sucede en Argentina. En las parciales auditorías que se hicieron se encuentran muchos de estos datos, pero es imprescindible hacer una profunda y completa investigación del Master Plan y sus negocios fraudulentos, incluido el presunto negociado con un crédito de u$s 400 millones otorgado por el BID a la ciudad, del que no hay claros destinos…
La Ley de Autarquía del Teatro Colón (2008) posibilita la intención privatizadora en muchos de sus artículos. Además le otorga plenos poderes al Director General, quien maniobra con omnipotencia en todos los niveles y sobretodo en lo laboral, puesto que al proyecto del “negocio” macrista le servirían sólo la mitad de los cuerpos estables y talleres de producción. Por ello, al asumir García Caffi en enero/ 2009, disolvió once (11!!) sectores técnicos y artísticos, trasladó gente contratada (músicos!!) a hospitales, puso muchos a disponibilidad, obligó a otros a jubilarse, etc., buscando reducir la planta total de 1250 a 800 personas. Pero, al mismo tiempo tercerizaba, triplicándolos, a los encargados de limpieza, acomodadores y mayordomía…La puesta en peligro de la integridad del teatro por las obras mal realizadas y el constante maltrato a los trabajadores lograron que estos (muchos no afiliados al sindicato y muy individualistas) al fin se unieran para la lucha y, con la intervención de los delegados de ATE, recurrieran a la justicia e hicieran actos públicos que lograron frenar parcialmente los ataques. Sutecba, el otro sindicato, siempre negocia con la Dirección a espaldas de la gente
La judicialización contra la gestión Macri fue constante, puesto que a cada pedido de aumento salarial (cobran casi el 50% de los sueldos del Teatro Argentino de la Plata), García Caffi creaba nuevas instancias de agresión. Como la demanda por $55 millones, luego $63 millones, a 8 trabajadores (incluidos los 7 delegados de ATE) para “compensar” las pérdidas del teatro a raíz de los paros (!). El Gobierno de la Ciudad desistió de la misma a cambio de una ”armonía laboral”, que no está en el espíritu de los trabajadores, que ven con gran preocupación el desguace del teatro y su destrucción interna, sus bajos salarios, el maltrato diario, descuentos del 50 al 100% por varios meses a los huelguistas, los sumarios a los delegados (con riesgo de perder sus empleos si Macri es reelegido), la pésima situación de los 200 técnicos fuera del teatro trabajando en condiciones de insalubridad, los integrantes del Instituto de Arte mudándose siempre e invadiendo ámbitos ajenos, la pérdida, en gran parte, del rico patrimonio de 100 años en libros, partituras, vestuario, escenografillas, esculturas y preciosos muebles, dejados al aire libre o mal embalados, etc., etc.
¿Cómo compensar el costo edilicio, financiero, social y sobretodo psicofísico de los trabajadores durante los tres años de cierre? Muchos enfermaron por las persecuciones, por los traslados y las indignas condiciones de trabajo en los talleres exteriores al teatro.
Queda muy claro el constante enfrentamiento de más de una década entre la ideología neoliberal mercantilista de la triada Ibarra-Telerman-Macri contra la fuerza solidaria de los trabajadores y grupos afines que luchan por un proyecto de teatro al servicio de la comunidad…
Hoy, lo más urgente y fundamental es la finalización de las obras y la reapertura total del teatro, con todos sus integrantes en sus lugares de trabajo, produciendo en óptimas condiciones.
Proyecto Sur junto a Pino Solanas, también artesano y artista, se solidariza profundamente con los trabajadores del Teatro Colon y se compromete a luchar por la derogación de la Ley de Autarquía, promoviendo otra LEY PARTICIPATIVA Y DEMOCRÁTICA, integrando la comunidad a la discusión de un proyecto de teatro que asegure la continuidad del teatro factoría y de sus Cuerpos Estables, artísticos y técnicos. Donde el concurso abierto y democrático sea el único medio para ocupar puestos de trabajo. Que permita la apertura hacia todos y el nacimiento de un nuevo público, el desarrollo de nuevas generaciones de artistas y técnicos, con salarios dignos y trato respetuoso de parte del gobierno y de la Dirección del teatro.
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