El asesor de Transporte en Diputados de Proyecto Sur da su opinión sobre las declaraciones poco felices del Secretario de Transporte de la Nación.
A horas de una de las peores tragedias ferroviarias que se conozcan en el país el Secretario de Transporte de la Nación Juan Pablo Schiavi expuso una muestra clara de falta de vergüenza y respeto por los centenares de víctimas de la estación terminal de Once. El ingeniero agrónomo, devenido en experto en transportes durante el gobierno kirchnerista, armó la conferencia de prensa intentando justificar la tragedia como un suceso imprevisible y aleatorio, se refirió al mismo numerosas veces como “accidente” a la vez que intentó defender su cargo mediante la referencia -sin ningún sustento- en la existencia de “un Estado presente, no ausente”. Además, esgrimiendo el cinismo como pocos, conjeturó “si esto hubiera ocurrido ayer que era un día feriado… seguramente… hubiera sido una cosa mucho menor”. Por último, procuró patéticamente dejar una imagen sensible al parafrasear a un supuesto alcalde anónimo de Los Angeles que le tocó vivir un “accidente gravísimo”: “tengo el corazón roto, nunca vi nada igual”, categóricamente lamentable.
Puntualmente sobre la tragedia se tendrá que esperar a las pericias correspondientes, convencidos que nada cambiará el diagnóstico que día tras día todos los usuarios padecen. Hablamos precisamente de las condiciones del sistema ferroviario nacional, avalados por la situación de abandono y estafa que han vivido los ferrocarriles públicos, a partir del manejo de capitales espurios, adeptos a hacer buenos negocios con los gobiernos de turno.
A los familiares de las víctimas fatales y damnificados de la estación Once les transmitimos nuestras más sentidas condolencias y nuestro compromiso indeclinable de esta fuerza para con la causa ferroviaria de la nación.
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