Se realizo el III Congreso Nacional de Proyecto Sur en la Universidad del Museo Social Argentino donde se debatio la puesta en marcha de gran proyecto estratégico emancipador.
Se realizó el III Congreso Nacional de Proyecto Sur en la Universidad del Museo Social Argentino con gran participación de referentes de varias provincias. Durante la jornada se trabajaron todas las propuestas programáticas para afianzar las cinco grandes causas de Proyecto Sur.
Les acercamos a continuacion las bases del documento que se presento en el III Congreso y que fue enriquecido con el aporte de los companeros que participaron. El texto final sera terminado a fines de enero y principios de febrero.
PROLOGO
Lo que caracteriza y diferencia a Proyecto Sur de otras fuerzas políticas, es su carácter emancipador: un movimiento político, social y cultural cuya finalidad estratégica es deshacer las ataduras de las nuevas formas de la dominación neocolonial -o neo-imperial- que desde hace décadas viene sometiendo al país con sus políticas neoliberales. Diseñado por los organismos internacionales, los bancos y consultoras anglo-americanas, el modelo neocolonial modificó la estructura constitucional, jurídica, económica y patrimonial de la Argentina, impidiéndole recuperar sus bienes naturales y la riqueza generada por su pueblo.
Iº: DEUDA EXTERNA Y VACIAMIENTO
La penetración del dominio neocolonial ha sido tan eficaz, que penetró la dirigencia política del bipartidismo, la cúpula sindical y empresarial y se lo fue aceptando como un destino inexorable. Se apoderaron de los yacimientos minerales del subsuelo, las cordilleras y mesetas, las tierras cultivables, los acuíferos y alimentos, las riquezas del Atlántico Sur; desarmaron la estructura del transporte nacional, destruyeron los trenes, remataron la flota mercante y fluvial y las líneas aéreas; enajenaron la siderurgia y las mayores industrias nacionales; se apoderaron del Banco Central y del comercio exterior con la privatización de los puertos y la exportación de granos; empobrecieron al país con el endeudamiento permanente: desde la dictadura a hoy, se pagaron más de u$s 270.000 millones y el país sigue endeudado. Una suma millonaria que hubiera bastado para erradicar la indigencia y colocar a la Argentina entre los grandes países emergentes.
El ciudadano común, el ama de casa, el jubilado, el provinciano, el comerciante, el trabajador o estudiante, seguramente se preguntarán: ¿que tiene que ver esto del neocolonialismo y la deuda externa con nuestros problemas cotidianos: inflación, bajos salarios, inseguridad, falta de crédito o vivienda, imposibilidad de estudiar?. Los males que padecemos están relacionados, y son el efecto, de un sistema internacional que llamamos dominación neocolonial y que está pensada para que no se pueda salir ni romper con ella: los bienes y recursos naturales de nuestra geografía bastarían para asegurar el bienestar del pueblo argentino pero fueron entregados a las corporaciones, y una parte importante del excedente de riqueza que generan los trabajadores se usa para pagar más de U$S 10.000 millones anuales de intereses de la deuda externa. Esta es una de las razones por las que se presiona a las provincias con más impuestos y no se venden dólares cuando se los quiere comprar.
IIº: LOS ESTATUTOS DEL COLONIAJE
El maridaje de complicidades y la degradación institucional del dominio neocolonial fue tal, que se consolidó el modelo de un país unitario: desde fin de los años 80 no se actualizó la coparticipación federal y se disciplina a las provincias con la “ayuda” del gobierno nacional. No obstante la proclamada modernización o progresismo de los gobiernos, la estructura jurídica neocolonial sigue vigente con sus leyes, decretos y acuerdos internacionales. Son los estatutos del coloniaje nacidos a partir de la dictadura de Videla y Martínez de Hoz y de la modificación del Código Procesal Civil y Comercial para ceder la jurisdicción argentina a los foros extranjeros. Desde aquel entonces, los contratos de empréstitos y deuda son irrevocables aunque sean nulos y todos incluyen la cesión de jurisdicción en los tribunales de Londres o New York. Como ningún gobierno de la democracia inició acciones para denunciarlos y recuperar el derecho a las inmunidades soberanas, la fragata Libertad fue embargada a pedido de los tenedores de bonos. Hoy queda al desnudo el fracaso de la llamada política del “desendeudamiento” que Proyecto Sur viene denunciando ante el Congreso y la justicia argentina.
La tela de araña del dominio neocolonial se legalizó con tratados y con leyes. La sumisión fue tal, que se nombró a los abogados y consultoras de los acreedores para defendernos. Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, tuvieron -y tienen en el Congreso- la mayoría legislativa para derogar las leyes y acuerdos heredados de la dictadura, de Menem y De la Rúa, pero los han mantenido y profundizado. Ellos son: los Acuerdos de Madrid –1989/1990- firmados con el Reino Unido sobre Malvinas; la negociación de la deuda realizada por Domingo Cavallo con el Secretario del Tesoro americano Nicolás Brady en 1992, que la convirtió en bonos para ser vendidos a los ahorristas de todo el mundo; el Pacto de Olivos y la Reforma Constitucional de 1994; la Reforma Jurídica de 1995 que condujo el ministro Granillo Ocampo; los 53 TBI (Tratados Bilaterales de Reciprocidad de Inversiones) con cesión de la jurisdicción argentina en tribunales extranjeros; los Convenios de Promoción y Protección con Gran Bretaña (Ley 24.184); la adhesión a los arbitrajes del CIADI –ley 24.353/94-cuyo fallos son inapelables, definitivos y obligatorios; la renegociación de la deuda del gobierno de De la Rúa–“blindaje y megacanje” la aumentó en u$s 55.000 millones.
Hoy somos un país invadido por las transnacionales y despojado de sus bienes naturales no renovables -extraídos sin control público- y de millones de hectáreas de tierras cultivables. La entrega iniciada por Menem y continuada en los gobiernos de De la Rúa, Duhalde y Kirchner, fue acompañada por los gobernadores del bipartidismo: los justicialistas Insfrán, Capitanich, Zamora, Corpacci, Gioja, Puerta, Rovira, Closs, Sobisch, Romero, Urtubey, Massa, Beder Herrera, y los radicales Castillo, Brizuela del Moral, Saiz y otros.
IIIº: LA CONTINUIDAD DE LAS LEYES DE MENEM
Muchos militantes e intelectuales kirchneristas se resisten a aceptar que las leyes paradigmáticas de Menem todavía están vigentes. Recordemos las principales: Ley de Reforma del Estado (23.696) por la que el Congreso delega en el PEN la facultad de vender los bienes patrimoniales, incluso, sin actualización del inventario de sus bienes. Por esta ley hoy se quiere rematar la isla Demarchi con amarraderos, muelles, diques y astilleros que aseguran el dragado y balizamiento del puerto de Buenos Aires; ley de Emergencia Económica (23.697) que se renueva todos los años; reforma liberal de la Carta Orgánica del Banco Central (24.144) promovida por Domingo Cavallo ; ley de administración financiera ( 24.156) por la cual el Congreso delega en la oficina de crédito público del Ministerio de Economía la refinanciación de la deuda externa; modificación del Código de Minería y nuevas leyes de inversiones mineras (24.196, 24228, 24490, 25161, 25429) con estabilidad impositiva por 30 años, exención de impuestos, deducción de todos los gastos de extracción, seguro, fletes…, exportación sin refinación en el país de los 60 metales, sin control público, a simple declaración jurada y entrega de cientos de yacimientos metalíferos a las transnacionales; concesiones ferroviarias (decreto 1039/95) con la cesión de miles de vagones, cientos de locomotoras y 37 talleres fábricas con miles de repuestos y maquinarias, sin que desde entonces ningún gobierno haya hecho el balance e inventario de los materiales y bienes entregados en uso; privatización de YPF (24.145) y Gas del Estado (24.076) y de todos los yacimientos del país; privatización de las centrales eléctricas Chocón-Cerros Colorados, Piedra del Águila, Pichi Picún Leufú, Alicurá (decreto 387/93; desregulación y concesiones de los puertos (decreto 817/92) y de la Hidrovía hacia el Río Paraná; concesiones de rutas y peajes; desregulación económica (decreto 2284/91) disolviendo los siguientes entes: Junta Nacional de Granos y de Carnes, Instituto Forestal Nacional, Mercado de Concentración Pesquera, Mercado Nacional de Hacienda de Liniers, Corporación Argentina de Productores de Carne, Comisión Reguladora de Producción y Comercio de la Yerba Mate y su Mercado Consignatario; privatización de la telefónica nacional ENTEL; privatización de la siderúrgica Somisa (ley 24045) y subasta del tren de laminación de chapa naval; Ley de Educación Superior (24.521) que avala la privatización de la educación superior; Convenio de Promoción y Protección de Inversiones con Gran Bretaña (Ley 24.184), Convenios de Madrid, sobre Malvinas, firmados con el Reino Unido en octubre de 1989 y febrero del 90 que son verdaderos acuerdos de capitulación; Tratados de Reciprocidad de Inversiones (TBI) firmados con 56 países durante el gobierno de Menem; aprobación de los arbitrajes del CIADI (24.353) y otros…
IVº: CRISIS POLITICA, ETICA Y CULTURAL
La dominación neocolonial ha sumido en una profunda crisis a la representación política y la democracia delegativa. Estalló en el 2001 y hoy vuelve a manifestarse en las recientes, multitudinarias y heterogéneas protestas ciudadanas. El país está frente a una crisis no sólo política y económica, sino ética y cultural. Después de tantos años de ilusiones y fracasos, ha quedado instalada en la ciudadanía una cultura de la derrota y la resignación que impregna el sentimiento del hombre argentino. La ética pública y la lealtad a los principios, se remplazaron por el oportunismo y los negocios. La privatización del patrimonio y la corrupción de los 90 se prolongó hacia el nuevo siglo dejando impunes los grandes delitos federales. Martínez de Hoz y Cavallo, padres de la deuda externa, no pudieron ser condenados; Carlos Menen y la docena de funcionarios involucrados en la voladura de la Fábrica Militar de Rio Tercero, fueron absueltos. El narcotráfico, la trata de mujeres y el paco, se multiplicaron a la sombra del triángulo de la política, la policía y el delito organizado. Las víctimas fueron y son los jóvenes: el 60% de los menores de 25 años están desocupados y la mitad de los estudiantes del secundario no lo terminan.
La búsqueda de renta y desarrollo del capitalismo hizo nacer la sociedad de consumo y la civilización del automóvil, que fueron lo aceleradores del cambio climático: hemos entrado en la trágica era del recalentamiento con sus catástrofes, sequías e inundaciones. En las últimas décadas se han perdido miles de especies vegetales y animales y decenas de millones de personas murieron de hambre por la desertificación. A pesar de ello, la dirigencia mundial y nacional no asumen la gravedad del conflicto. Se impone como prioridad la defensa ambiental y la promoción de un gran cambio cultural: someter a crítica los hábitos de vida y consumo; planificar la nueva sociedad con el paradigma de la defensa del agua y la naturaleza y los valores de la solidaridad y la cooperación.
Vº: UNIDAD NACIONAL PARA EMANCIPARNOS
Ante los fracasos de estas décadas, nuestro pueblo espera el surgimiento de una nueva fuerza que no solo plantee las causas y objetivos, sino que le explique al pueblo cómo se pueden realizar y que se prepare para poder ejecutarlos desde el gobierno. Somos conscientes que ninguna fuerza sola puede acometer una tarea tan compleja y titánica y que, en consecuencia, es necesario conformar un gobierno de unidad nacional con todas las fuerzas políticas y sociales que integren un gran frente de carácter emancipador, junto a los demás aliados que acompañen el proceso. El amontonamiento de partidos sólo unidos por su condición de opositores o por cálculos electorales, tampoco es la solución. El país ya vivió en los años noventa, el fracaso de la Alianza (UCR-Frente Grande) y sólo un acuerdo programático y político debatido y acordado públicamente, puede encender la esperanza.
En aras de estos objetivos y ante a la desunión que ha venido provocando el gobierno nacional, la principal política de Proyecto Sur será la UNIDAD NACIONAL. Frente a la crisis mundial y la agresividad de los imperialismos, debemos consolidar la unidad del pueblo y la Nación. Cuarenta años atrás y después de sufrir 16 años de exilio, persecuciones y tentativas de asesinato, Juan D. Perón regresaba a una Argentina dividida por la violencia de la dictadura y se abrazaba con su viejo opositor, el radical Ricardo Balbín. Perón llamó a superar agravios y enfrentamientos en pos de la unidad nacional: ”por encima de los desencuentros, nos pertenece por igual la suerte de la Patria en la que está contenida la suerte de cada uno de nosotros… Nuestra Argentina necesita un Proyecto Nacional perteneciente al país en su totalidad…Existen dos únicas alternativas: neocolonialismo o liberación”.
VIº: MEMORIA CONTRA EL OLVIDO
La cultura del “no se puede” se ha generalizado en la población y los funcionarios se defienden de su falta de proyectos con la excusa de que les hace falta mucho mas tiempo para reconstruir el país. Ante la tragedia de Once, Cristina Fernández sostuvo en el Congreso -1/3/12- que en ocho años de gobierno era imposible reconstruir el sistema ferroviario. Olvida la Presidente que en un período menor se hicieron varias líneas a fines del siglo XIX. A la historia nacional le sobran ejemplos de gestas y osadías que sorprendieron al mundo. Rescatemos la epopeya de San Martín de construir el Ejército de los Andes en 32 meses: de junio de 1814 a enero de 1817. En la comarca de Mendoza con menos de diez mil habitantes y sin recursos de Buenos Aires, la región de Cuyo fue movilizada detrás de la organización del ejército: se buscaron minerales en la cordillera y se pudieron forjar armas y municiones, se reclutaron 4500 soldados, se hicieron uniformes y se prepararon alimentos para un mes de travesía. Algunos podrán creer que la época le era favorable pero fue lo contrario: Napoleón había sido derrotado en Waterloo y se restauraba la monarquía en Europa; Fernando VII retornaba al trono de España y una expedición de 10.000 hombres partía hacia América del Sur. Bolívar se había exilado tras sufrir una derrota y la suerte de la independencia americana se jugaba en nuestro país.
Un siglo después, en la Argentina pastoril del “made in england”, y ante el escepticismo generalizado, el General Mosconi comenzó a construir la industria hidrocarburífera. Sin crédito externo y reinvirtiendo lo que gana la empresa, en siete años de una gestión que fue ejemplo de tenacidad y ética pública, con su compañero el Gral. Alonso Baldrich, multiplicaron 400 veces el capital de la compañía y convirtieron a YPF en la primera petrolera estatal de occidente. Tampoco puede olvidarse la inédita transformación social e industrial que realizó el primer gobierno del Gral. Perón: a un año de asumir vuela el Pulqui Iº, primer avión a reacción del hemisferio sur y en 1948 se inaugura el gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires, el más largo de la época. Todos los ejemplos comentados tienen en común que fueron realizados con recursos humanos, tecnología y financiamiento nacional y el inmenso aporte del pueblo persuadido de protagonizar una causa patriótica.
VIIº: PODEMOS RECONSTRUIRNOS CON UN ESFUERZO PATRIOTICO
La falta de información sobre las potencialidades económicas del país, ha impuesto la creencia de que no se cuenta con recursos suficientes para cortar amarras y realizar el proyecto emancipador. No es cierto. A pesar de la extraordinaria transferencia de recursos, Argentina es inmensamente rica y está lejos de haber padecido una catástrofe o una guerra devastadora. Sostenemos que es posible comenzar la reconstrucción nacional a condición de ejecutar un cambio serio y sostenido con políticas de estado orientadas al desarrollo del mercado interno y de su aparato productivo y el apoyo decidido del pueblo a la causa patriótica del proyecto emancipador. No ignoramos la realidad de la desangrada economía argentina; los presupuestos nacionales construidos sobre estadísticas y proyecciones falsas; la succión de recursos para subsidios millonarios que nadie controla; las pérdidas que ocasiona la corrupción; la política de tercerizaciones; el pago de la deuda y de intereses a bonos que están siendo investigados por la justicia federal penal; el despojo de más de sesenta metales -recursos estratégicos no renovables- exportados sin control público y a simple declaración jurada; la enorme desinversión producida por el giro sin límites de utilidades de las multinacionales y que la Presidenta reconociera en su discurso del 1/11/12 en la Casa Rosada..: “quiero notificarle que nadie – como este gobierno – remitió utilidades de las compañías extranjeras ”.
La experiencia argentina dependiente de los capitales foráneos ha demostrado su vulnerabilidad. No es cierto que no podamos recuperar una masa significativa de recursos financieros en el país si se ejecutan las siguientes medidas: el cambio del sistema impositivo, una nueva asignación presupuestaria con reducción de los subsidios, la modernización del aparato del Estado y su control para reducir la evasión fiscal y la corrupción; la recuperación de bienes y recursos que se exportan sin control público y sin el pago de debidas retenciones. En suma, un conjunto de leyes y medidas tendientes a romper la telaraña de la dominación neocolonial. Sin renunciar a la participación de la inversión externa en el marco de una nueva ley de inversiones extranjeras, planteamos - a modo de hipótesis y de ejemplo- que se pueden recuperar cerca de u$s 60.000 millones a través del incremento de los Recursos y de la disminución del Gasto del Presupuesto General de la Administración Nacional.
Este nuevo financiamiento anual de alrededor de 60 mil millones de dólares representa el doble de la actual Inversión Pública del país y se recuperará progresivamente a partir de una nueva planificación plurianual en el Marco del Plan Cuatrienal. Esto permitirá implementar un shock de inversión que impactará en un fuerte crecimiento del Producto Bruto Interno (Ver Anexo Nº 1).
Este Nuevo Financiamiento destinado a incrementar la Inversión Pública deberá ir acompañado de un shock patriótico de inversión por parte del Sector Privado Nacional. La Reconstrucción y la Unidad Nacional sólo se lograrán si el Sector Público y el Privado trabajan mancomunadamente en el marco de una economía mixta.
VIIIº: CINCO CAUSAS Y CINCO CUESTIONES
Estamos convencidos que Argentina tiene los saberes y las capacidades creativas, científicas y técnicas para iniciar una acelerada transformación. Proyecto Sur viene estudiando desde hace una década un gran proyecto emancipador que puede ser realizado a partir del propio esfuerzo y del ahorro nacional. Las propuestas que desarrollamos están planteadas en el actual contexto internacional y actualizan nuestras Cinco Causas.
En todas ellas -o en las que se agreguen en el futuro- están contenidas las Cinco Cuestiones Centrales que expresan los ejes o enfoques del Proyecto Sur:
1) la cuestión nacional o la defensa de los intereses nacionales;
2) la cuestión ambiental o la protección del agua y la tierra de los factores destructivos y contaminantes;
3) la cuestión social o el resguardo de los derechos sociales y humanos de las etnias y pueblos originarios, de las minorías y géneros;
4) la cuestión democrática en las instituciones y la ética pública, y los derechos de los ciudadanos a su participación en el control de las empresas y administraciones públicas;
5) la cuestión cultural o la defensa de los derechos culturales: al pluralismo y la identidad cultural, al género, al aprendizaje y capacitación permanente, al libre acceso a la cultura, la información, la expresión y comunicación por los medios.
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