Compartimos la versión taquigráfica y el video del discurso del senador Fernando Pino Solanas.
A continuación compartimos el discurso completo del senador Fernando Pino Solanas en donde se trató el tema de los pliegos de nombramiento para la Corte Suprema de Justicia de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
Sr. Solanas.- Señor presidente: creo que estamos ante un debate mayor. Estamos debatiendo sobre la Corte y no sobre una disposición interna administrativa del Congreso. Estoy un poco sorprendido, les digo la verdad. He escuchado algunas palabras que me resultan sorprendentes: “en nombre de la gobernabilidad, hay que alinearse”, “el que gana gobierna y los que pierden acompañamos”. Esto es muy interesante dentro de un propio partido político. ¿Qué rol tienen el Poder Legislativo y las fuerzas de la oposición? En la idea de la gobernabilidad se contesta que el que no acompaña es destituyente. Esa idea hizo mucho daño, como también lo hizo la invención de falsos enemigos en los años pasados. Nosotros no queremos, de ninguna manera, una Argentina desunida. Pero una Argentina democrática significa aceptar las diferencias y la pluralidad. Y la responsabilidad que tienen las fuerzas de la oposición es con argumentos serios y maduros, y no con chicanas, señalar las incoherencias o las debilidades de las propuestas. ¿Cuántas fechorías se cometieron contra la Nación Argentina en nombre de la gobernabilidad? ¿Cuántas veces arrastraron a la ciudadanía, al pueblo, o a este Congreso a aprobar medidas que eran realmente antinacionales o que estaban en contra de los intereses populares? No las voy a enumerar porque sé que tenemos poquito tiempo y a lo mejor la paciencia... Pero hagamos memoria. ¿Cuál es el conflicto nacional? O, ¿cuál es el conflicto que hoy discutimos? ¿Si un miembro propuesto para la Corte es mejor que el otro? ¿O si son 2, 3, 4? No, el conflicto que hoy debemos discutir es qué Corte Suprema necesita la Argentina en el vértice de los conflictos nacionales, sociales y democráticos que tiene. Hagamos un discurso serio. Tengo la “2016 - Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” 15 de junio de 2016 Sesión especial Dirección General de Taquígrafos Pág. 33 impresión de que este es un discurso menor, como lo sería si fuéramos a dar una ayuda para que se fabricaran mejores galletitas. Iríamos rápidamente, cinco minutos cada uno. Estamos equivocados, compañeros. Estoy sorprendidísimo. Acá hubo un presidente, el primero que impuso dos medidas extraordinarias con respecto a la Corte: Néstor Kirchner. Hizo pública la nominación de los jueces a la Corte, la puso en consideración de la ciudadanía. Gran medida democrática. Y no para mañana, en un debate exprés. Hubo varios meses de esto. La otra medida extraordinaria fue que por primera vez se nominaron dos juezas mujeres en la Corte. Estoy sorprendido viendo que partidarios del expresidente de pronto dicen que no es un problema grave el de los cinco miembros propuestos y que no se proponga otra jueza para cubrir la vacante. Todas las Cortes Supremas tuvieron manchas. Pero también todas tuvieron algunos jueces que salvaron un poco el honor. Si uno va a la Corte de la Década Infame ve que estuvo el doctor Nazar Anchorena, quien tuvo fallos impecables en defensa del interés público de la Nación. Inclusive, pasó algo similar en las dictaduras. La primera acción de amparo salió de la Corte de la Revolución Libertadora. Y ustedes conocen muy bien cuánto he fustigado yo a esa Corte de la Revolución Libertadora presidida nada menos que por el doctor Orgaz. Frondizi profundizó la acción de amparo y llevó la Corte a siete integrantes. Tuvimos acciones extraordinarias. La Corte de Cámpora con Masnatta y Aráuz Castex fue extraordinaria. Fue la que ratificó aquel juicio –fallo ejemplar– del doctor Salvador María Lozada en la quiebra fraudulenta de Swift Deltec, que colocó clarísimo que las quiebras de las sucursales siempre deben ser asumidas por las casas matrices. Recuerden cómo terminó la crisis de 2002. El robo de los fondos de los ahorristas lo tuvo que asumir el pueblo argentino. Fueron 19.000 millones de dólares de bonos en lugar de exigir la reposición de los depósitos bancarios o de nacionalizar todos esos bancos. ¡Una vergüenza! Modificaron la ley de quiebras. ¿Para qué? No en defensa del interés nacional. Para que no fueran presos los gerentes de los bancos extranjeros. Sra. Negre de Alonso.- La de subversión económica, no la de quiebra, senador. Sr. Solanas.- Muy bien, le agradezco la aclaración. Entonces, ¿cuál es la cuestión mayor? Pensé sinceramente que después del error, del pecado casi –diría– mortal que comete un gobierno que surge con la aspiración ciudadana de mayor calidad institucional y republicana... Nada menos que a los jueces de la Corte los nombra por decreto. Podría hablar mucho de cada uno de los jueces de la Corte. Pero como bien dijo una senadora preopinante, ese pecado, en mi intención de voto, fue mortal. Si algo debe tener un alto magistrado de la Corte es coherencia y respeto a la ética constitucional. Ese tipo de groserías no se pueden admitir. Y si algo nos pasa a nosotros en desmedro del país y de todos nosotros es por lo permisivos que estamos, porque estamos ante una democracia muy degradada, ante una República degradada. Se han cometido barbaridades y se siguen cometiendo. Y las relativizamos. Quizá sea la suma del cansancio y agotamiento. El problema es cómo lo reconstruimos. Creo que es una virtud que este gobierno oiga. Cuando mandó los pliegos al Senado tuvimos unas sesiones muy interesantes, donde los jueces vinieron y se prestaron a todo tipo de interrogaciones. Y teníamos muchas observaciones para hacer. Todos las hicimos. Ahora, ¿y el cupo para la mujer? ¿Cómo es posible? ¿Cuál es la urgencia –pregunto porque no me lo “2016 - Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” 15 de junio de 2016 Sesión especial Dirección General de Taquígrafos Pág. 34 ha sabido contestar nadie– de votar hoy? ¿Es un dictamen? ¿Hubo una promesa al presidente? ¿Cuestiona la institucionalidad? ¿Es destituyente? ¡Mentiras! Bien se pudo esperar una, dos o tres semanas, pero no acabar con un debate que venimos arrastrando en serio. Sinceramente, no podemos tener una Corte de cinco miembros en un país de 42 millones de habitantes, en crisis. ¿Cómo es posible que, en un país con un conflicto social que nadie se anima a encarar en serio, en la Corte no haya un abogado laboralista? ¿Quién me lo puede explicar? ¿Y en nombre de quién? ¿Cómo es posible que en un país jaqueado por el neocolonialismo, por acuerdos internacionales, por la deuda externa, por todo este tipo de cosas, y además atravesado por todo tipo de asociaciones ilícitas, mafias y delitos federales pesados, pueda haber una Corte sin un penalista? Por supuesto que no. Entonces, creo que esto es grave que pasemos la página así, rápido. Parecería que el cupo de las mujeres puede ser, bueno, a lo mejor… Sinceramente, creo que es una votación vergonzosa. Esto es una falta de respeto enorme. Pone en tela de juicio todas las bellas palabras que hemos escuchado en sesiones anteriores sobre los derechos de la mujer. Voy a decir otra cosa, también. ¿Quién va a justificar una Corte sólo con civilistas y constitucionalistas? Se fueron Argibay y Zaffaroni. ¿Quiénes los reemplazan? En un país donde el conflicto social, desde hace muchos años –no es de hoy–, no se resuelve; y porque hay un tercio de la Argentina, de los que trabajan, que no tienen ni cobertura social. Sr. Presidente (Pinedo).- Le pido que vea el tiempo, señor senador. Sr. Solanas.- Cómo no. Entonces creo, además, que estamos ante una Corte conservadora. Es una Corte que ha girado ¿hacia dónde? Esta Corte ha profundizado sus tendencias conservadoras. El reciente fallo que habla del derecho de huelga sólo en los sindicatos reconocidos, aunque honre literalmente el 14 bis, la verdad es que es atentatorio contra los trabajadores. Y los trabajadores que están en la oposición a las conducciones sindicales que están en connivencia con el poder de turno, como hemos visto en todos los países del mundo, ¿qué hacen? ¿Tienen que fumar en el patio? ¿Qué hacen? Además, creo que estamos ante una Corte que pocas garantías le da a la República Argentina de empezar a desatar los nudos neocoloniales que la atan, en defensa del interés de la Nación o en defensa del interés social, hacia una República más democrática y más libre. Entonces, señor presidente, no se trata de un juez mejor que el otro, de sí o no, si uno o si los dos. Yo no voy a aprobar esta votación. Voto en contra, porque esto es una vergüenza, señor presidente. Acá no hay ningún compromiso de abrir el debate para llevar la Corte a siete o a nueve miembros y cumplir con el cupo que merece la tradición jurista de las mujeres argentinas. Y, además, dar respuesta con especialistas a grandes conflictos que tiene el país: la defensa de la Nación, la defensa frente al delito cometido y la defensa de los derechos sociales. Nada más.
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