Frente a una multitud entusiasta, en un microestadio de Ferro colmado, Fernando “Pino” Solanas lanzó su candidatura presidencial en un emotivo acto popular.
Antes de comenzar su contundente discurso, Solanas se tomo unas segundos para disfrutar el canto que bajaba de las tribunas y unía los corazones de los presentes en una sola voz, “se siente, se siente, Pino presidente”.
Visiblemente emocionado, Pino levanto sus brazos, en un gesto fraternal, intentando abrazar a cada una de las personas que saltaban, gritaban y cantaban de felicidad. Su presencia iluminó el escenario, frente a él, la gente, el pueblo que lo recibía. Era el momento de comenzar la lucha, darle forma a la esperanza, y empezar a construir la estrategia para darle batalla a los que destruyeron la Nación. Una ovación, la primera de muchas, recorrió el estadio cuando Pino recordó la política hipócrita y canalla del oficialismo que deja morir de desnutrición a 700.000 chicos, que tiene al 70% de sus trabajadores sin cobertura social y le niega a los jubilados el 82% móvil. La política infame que acumula reservas, paga la deuda de la dictadura del Club de París y genera enormes negocios para los amigos del poder, mientras los insólitos niveles de pobreza y trabajo en negro continúan creciendo.
La claridad de las palabras de Solanas, dieron forma a un discurso estremecedor, profundamente directo, que convocaba a la reflexión, y a tomar conciencia del los crímenes diarios. El saqueo de nuestros recursos naturales estratégicos, la extranjerización de nuestra economía, la contaminación ambiental de la mega minería, la patota sindical que se lleva a jóvenes como Mariano Ferreyra, todos crímenes evitables. La única forma de evitar estos males que poco a poco van destruyendo nuestro país es lanzando la más abierta convocatoria al pueblo argentino.
Es una lucha de todos, de unir fuerzas y sumar adhesiones, que los desencantados con el bipartidismo lleguen para formar esta la tercera y única opción. “Unidos podemos derrotar al bipartidismo, al delito organizado, y volver a instalar en nuestra patria el compromiso de la ética pública", anunciaba con firmeza el líder de Proyecto Sur, mientras un sinfín de banderas verdes se agitaban en todo el estadio. Desde las tribunas, llegaba el clamor popular, la voz de la juventud, “lo pide la gente, vamos Pino presidente”.
Fue una verdadera fiesta popular, una gran convocatoria que perdurará en la memoria de la gente. Así, con la sensación de haber participado en una verdadera celebración de identidad cultural y política, las miles de voces que asistieron al acto, comenzaron a dejar el microestadio de Ferro, con un sentimiento cada vez mas firma, “unidos podemos transformar la Argentina”.
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