En el marco del avance kirchnerista contra la justicia y los derechos de la ciudadanía, confluyeron las fuerzas independientes y progresistas de la Capital Federal.
Los tiempos que corren, mientras se profundiza la degradación social e institucional y el saqueo sistemático de nuestras riquezas nacionales, imponen la necesidad de innovar, de crear nuevos espacios de consenso y confluencia que, sin debilitarse en lo programático y con liderazgos claros, puedan posicionarse con aspiraciones reales de disputar las elecciones de 2013 y dar un salto cualitativo. No se trata de amontonamientos. De lo que se trata es de aglutinar, por fuera del bipartidismo porteño (PRO-FPV), a aquellas fuerzas que en lo concreto, en su conducta legislativa, han tenido posturas contundentes contra el remate del patrimonio público y el avance de las mafias propiciados por los oficialismos nacional y porteño con el denominado “pacto PRO-K”.
Es en dicho marco que Proyecto Sur y sus aliados más cercanos vienen dialogando con distintas fuerzas políticas y sociales a fin de ampliar el espacio independiente en la Ciudad de Buenos Aires. Un espacio que ha de tener como meta doblegar a las dos caras de nocolonialismo capitalino y provocar, con ello, una fuerte redefinición del esquema político nacional. Hablamos de un neocolonialismo que, en el caso porteño, quizá no se manifieste en la destrucción y saqueo de nuestro territorio y bienes comunes, pero sí en otras cuestiones de suma gravedad donde el delito organizado y todo tipo de asociaciones ilícitas entre el poder político y las mafias son una constante (narcotráfico, trata de personas, trabajo esclavo, etc.).
La delimitación ideológica del marco de acuerdos legislativos a alcanzar tiene un presupuesto infranqueable: la ética pública como núcleo duro de la lucha contra la corrupción estructural. Porque “la corrupción mata”, y porque la corrupción -tomada en su dimensión profunda, y no en su faz de superficie- está en el origen de todo atentado contra la vida y el ecosistema, y, en lo político, contra la soberanía política, la independencia económica y la justicia social.
El documento contra el avance K sobre la Justicia suscrito por distintos sectores ajenos al pacto kirchnerista-macrista (Proyecto Sur, PSA, MST, Coalición Cívica, Partido Socialista, GEN) va en esa dirección: haciendo hincapié en las coincidencias, dichos partidos lograron acercar posturas y ratificar su deseo de confluir en un gran frente de unidad que logre revertir la hegemonía electoral PRO-K y dé, en las próximas elecciones, señales de que la política nacional no está condenada a ser una mera excusa para hacer negocios con lo que es de todos.
Los líderes de las distintas fuerzas, en particular el diputado y referente de Proyecto Sur, Fernando “Pino” Solanas, fueron categóricos. El acuerdo contra el avasallamiento del Poder Judicial no es un pretexto, sino una definición. Lo cual ha de tener un desarrollo mayor para construir un frente emancipador con todas aquellas fuerzas progresistas e independientes dispuestas a dar batalla contra el secuestro de la Nación. La tarea es compleja y no da lugar a dudas o indefiniciones. Pues pasar a la ofensiva contra quienes han convertido el poder en dominación y fuente de lucro personal solo puede darse en el contexto de un gran acuerdo que, encabezado por figuras con trayectoria y probidad moral y política, sea capaz de representar a todos los sectores sociales sin exclusión.
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