La candidata a primer Consejera Escolar por Proyecto Sur en Luján de cara a las Primarias del 14.
Estoy absolutamente convencida de que tenemos que plantear las preguntas en otra instancia: para qué y por qué votamos.
Votamos para hacer ejercicio de nuestros derechos constitucionales de elegir libremente a nuestros representantes.
Aquí surge la idea de libertad y para esto tenemos que leer, entonces, cuidadosamente los mensajes que nos leen y nos dicen:
- votemos desde el juicio crítico, la consecuencia de actitudes y palabras, la falta de soberbia y omnipotencia en nuestros representantes, la comprobable honestidad y transparencia
- votemos a quienes, desde la empatía, logran proclamar y vivir los derechos humanos con calidad y equidad, para todos, para los que sufrieron la dictadura y para quienes sufren el hambre de cada día, la falta de vivienda, la carencia de trabajo, la desatención, el mal trato de los funcionarios, la falta de un Servicio Asistencial eficiente (destacando “servicio” ya que es esto lo que debemos buscar desde las propuestas de salud: que nos sirvan a los que necesitamos todas estas cosas y no para que respondan y le sirvan a un partido político, a contraentrega de una genuflexión permanente).
Porque necesitamos recuperar la credibilidad en las instituciones, desde la familiar hasta las gubernamentales.
Porque necesitamos practicar el ejercicio de la democracia, porque sabemos que es nuestro deber y deseamos ejercerlo con todas las garantías: es nuestro momento de protagonismo en el trazado de la historia futura.
Porque urge responsabilizarnos en la recuperación, como sociedad, de la dignidad del trabajo para todos; para que cada uno, sin asistencialismos crónicos y críticos que generan clientelismos, pueda resolver sus necesidades básicas: comida, vestimenta, vivienda, salud…
Por todo esto, y ahora sí llega el tema de nuestros representantes, es esta la Elección Primaria, una instancia de elección que va mucho más allá de la planteada como una interna partidaria.
Va muchísimo más allá.
Elegimos entre varios candidatos de algunos partidos políticos, sí, es cierto. Partidos que confluyen, en algún momento, sobre un mismo representante.
Pero también, votando libremente, con una mirada crítica y sopesada, elijamos a quienes queremos que lleguen a un piso electoral, para darles espacio en las Elecciones Generales de Octubre, y así poder encontrar algunos representantes en los Concejos Deliberantes, Consejos Escolares, en el Congreso y en el Senado. Sólo aquellos que superen ese piso podrán acceder a esa segunda instancia de elección.
Miremos entonces a nuestros representantes, garanticemos con nuestro voto en primera instancia lo que acabamos de expresar, miremos hacia atrás, miremos el hoy y partamos hacia una visión de país a futuro. Es peligroso dejarnos llevar por el mensaje gritado, amparado en burdas críticas, en el hincapié puesto sobre las maravillas hechas, sobre obras, sobre denuncias, cuando lo único que esto representa es la labor cumplida para la que fueron seleccionados: si hicieron, administraron recursos del estado - o sea, de todos y cada uno de nosotros - es para lo que están donde están; si criticaron y denunciaron es porque están en ese lugar para ejercer control y contralor; si verificaron y avalaron, es porque están para generar seguridad y garantizar eficiencia.
No deberíamos dejarnos llevar por gritos en inequitativas pantallas públicas: hay quienes van a contar con mayor y mejor marketing, más espacio, más tiempo, quienes podrán hacer campañas subliminales, emplear y efectivizar acciones en momentos más oportunos, bachear errores y olvidos en estos momentos de tensión en la campaña.
Por eso no votemos para una campaña, no nos quedemos en las internas políticas, no ejerzamos el voto premio o castigo.
Votemos con una mirada amplia e integradora, con la que recordemos que los verdaderos representantes no son unipersonales, no son hegemónicos ni verticalistas, no son personajes protagónicos en la historia, no son los que deciden por decreto.
Los verdaderos representantes son los que llegan a lugares de debate, de análisis, los que han demostrado que los acuerdos sometidos a estudio y la pluralidad de palabras y pensamientos pueden contra actitudes dictatoriales.
Los verdaderos representantes son los que garantizan que se atienda la mirada de las minorías, la palabra de todos, la mirada de los muchos… y de los pocos.
Al votar, escuchemos la voz interna de ideales por alcanzar, de caminos trazados desde el esfuerzo y la lucha de principios. No nos dejemos ensordecer por la amenaza de lo que se puede perder, del apocalipsis por llegar, de las dádivas y contraentregas…
Votemos y busquemos voces que en un futuro puedan sonar como nuestros ideales y puedan levantar realmente nuestras banderas.
Es momento de entender que esta Elección Primaria no es una interna partidaria: es una interna nacional, federal, en busca de una Argentina pluralista, con la participación y la representación de todos.
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