Por Alberto Sánchez. Dujovne se ufana de haber bajado el déficit primario, aunque no aclara debidamente que es sólo el primario.
El jueves pasado el Ministro Dujovne presentó los resultados fiscales del primer semestre de 2018. El déficit fiscal primario fue del 0,9% del PBI y resultó más bajo que el del mismo período del año 2017 que había alcanzado el 1,4%. La meta para el año 2018 es de 2,7% de déficit; de 1,3 el año 2019 y de equilibrio fiscal en 2020. El Ministro expreso que el “compromiso con el cumplimiento de esas metas es irrenunciable, no hay ninguna chance de que Argentina no cumpla esas metas”, aseguró.
Lo que el Ministro no dice es que el Déficit Total llegará en 2018 a 5,2% del PBI (2,7% déficit primario y 2,5% de intereses). En el año 2019 llegará a 4,0% del PBI (1,3% déficit primario y 2,7%% de intereses). Este último es un escenario muy optimista. Los intereses vienen creciendo de 1,4% del PIB en 2015 a 2,7% del PIB en 2019.
Este año es posible alcanzar el 2,7% pero es más difícil llegar al 1,3% en el 2019. Algunos analistas privados lo colocan entre 1,8% a 2%.
Por su parte, el Programa Financiero necesitará entre 7.500 millones de dólares en 2019 (estimación gobierno) y 15.000 millones de dólares (estimaciones privadas). Resultado: mayor deuda y más intereses.
Otra cosa que no dice el Ministro es que el FMI le recomienda al Gobierno, para compensar el fuerte ajuste del gasto, frenar o suspender la rebaja de las retenciones de la soja y la reducción de las contribuciones patronales. Es decir, no reducir los Ingresos Públicos.
Una recesión mayor a la esperada sumada a la baja de la inversión pública y la reducción de las transferencias a las Provincias, pueden impactar negativamente en la situación social y política y en la recaudación.
La principal medida anticíclica es mantener el salario real de los trabajadores mediante paritarias por encima de la inflación y mantener un aumento real por encima de la inflación para los beneficiarios de la AUH (asignación universal) y los jubilados garantizando el poder adquisitivo y el consumo de las mayorías populares.
La segunda medida anticíclica es la inversión pública que genera un rápido recupero fiscal para el Estado. La inversión pública en infraestructura y vivienda de 1% del PIB en un año y del 0,5% el año siguiente genera un crecimiento de entre 2,4% y 4,5%.
El Gobierno no está pensando un Plan Anticíclico con eje en el Consumo Popular, en la Inversión Pública y en las Provincias. Ello conlleva a un Acuerdo Social, Económico y Político entre el Gobierno, los Partidos Políticos, los Sindicatos, las Organizaciones Populares y las Cámaras Empresarias.
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