Argentina no debería compensar a Repsol por la expropiación de YPF, sino que ella debería resarcir al pueblo argentino
La expropiación de YPF Repsol SA es un paso trascendente para la recuperación definitiva y total de la renta petrolera para el Estado, por medio de una empresa con participación del Estado nacional, las provincias productoras, los trabajadores y los consumidores, que permita generar un movimiento de apoyo de todo el pueblo argentino para lograr el autoabastecimiento petrolero.
Argentina es un país con petróleo, no un país petrolero. El recurso debe servir, en primer lugar, para satisfacer las demandas energéticas de nuestro crecimiento económico y no para engordar los capitales foráneos de las empresas multinacionales. Por eso se debe avanzar en expropiar al resto de las empresas que explotan pozos petroleros en nuestro país.
La expropiación de YPF es un paso positivo, pero la empresa estatal argentina debe ser 100% estatal y pública. El paso que se dio cesa la sangría y el vaciamiento de nuestra riqueza.
La medida tomada por la Presidenta da vuelta una página negra de entrega de nuestra soberanía energética. Aunque hay que recordar que muchos de los que hoy defienden la recuperación de YPF, fueron los que promovieron su liquidación y privatización, como Oscar Parrilli y el propio Néstor Kirchner. Valga el reconocimiento del error para recuperar el 100% de la renta hidrocarburífera.
En el período Repsol perdimos 8 años de reservas en petróleo y 10 años de reservas en gas, eso equivale aproximadamente a niveles de producción del último año, u$s 70.000 millones. La privatización del menemista estipulaba que la operadora, por cada barril extraído debía aportar un barril de reservas, lo mismo para las cuencas gasíferas, Eso no se cumplió, por lo cual tenemos derecho a rescindir las concesiones, y hacernos cargo de las empresas sin pagar un dólar.
El Tribunal de Tasación deberá considerar esta situación, y analizar cuánto invirtió Repsol en Argentina por la compra de la empresa, cuánto extrajo y saqueó, qué monto de ganancias giró al exterior, y a partir de ello deberá compensarse por el valor actual de la empresa a valor de libros.
Según opinan algunos economistas especializados, el valor de los activos de YPF Repsol es de 8.000 millones de dólares y el pasivo de 8.000 millones, o sea que no existe patrimonio neto. Pero Repsol cuenta las reservas en petróleo y gas, riqueza que es de los argentinos y que jamás le fue entregada. Con lo cual, de considerarse este balance, Repsol debería resarcir al pueblo argentino por el saqueo a que sometió nuestra riqueza hidrocarburífera.
Sobre la “inseguridad jurídica” hay que decir que los defensores del establishment sólo se preocupan por sus inversiones y sus ganancias extraordinarias. ¿Y la seguridad jurídica del pueblo argentino? Para nosotros primero está el pueblo, y por detrás las inversiones extranjeras y el “libre mercado”.
(*) Profesor Adjunto Administración de la UNCo. Referente Proyecto Sur Neuquén.
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