Detrás del embargo en Ghana aparece el problema de la deuda externa argentina, que ningùn gobierno ha querido desemascarar.
Muchas interpretaciones, culpas y descargos se oyen en estos dias sobre el embargo de la “Libertad” y la torpeza de los funcionarios, sin que se dijera que la causa primigenia que no se quiere investigar desde hace treinta años, es la deuda externa: todos los títulos emitidos desde 1976 contemplan la cláusula de renuncia a la inmunidad soberana, sometiendo nuestra soberanía a los tribunales de Londres y Nueva York. La detención de la “Libertad” fue ordenada por la justicia norteamericana y el fondo de inversión NML, uno de los tenedores de bonos que quedaron fuera del canje del 2005. El secuestro de nuestra “Libertad” comenzó con la dictadura de Videla y la modificación del art. 1° del Código Procesal Civil y Comercial, que prorrogó la natural jurisdicción argentina a favor de jueces extranjeros.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, establece la inmunidad de los barcos de guerra que se encuentren en alta mar, pero no existe una norma explícita que los proteja si el propio Estado no lo hace. La traición a la “Libertad” fue tal, que amarraron la Argentina a la Ley de EE.UU. y Gran Bretaña, renunciando a la inmunidad soberana aunque el contrato fuera nulo o ilegal. Hoy existen más de u$s 11.000 millones de bonos en default, y cualquier tenedor puede afectar bienes de la Argentina en el exterior, salvo los bienes que esten en el extranjero afectados a un servicio público sin excluir los buques comerciales o de guerra.
Todos los gobiernos surgidos con la democracia no quisieron auditar la deuda ni impugnar los créditos fraudulentos para revocar las cesiones de soberanía. Se limitaron a acciones defensivas inoficiosas y continuaron pagando a libro cerrado. Martínez de Hoz, padre de la deuda, no pudo ser condenado; la sentencia firme del juez Ballestero en la causa Alejandro Olmos fue desoida a pesar de haber demostrado que más de la mitad de la deuda que detuvo la “Libertad”, es una estafa. El gobierno de Cristina Fernández, con mayoría en el Congreso, no ha hecho nada para recuperar la inmunidad soberana y ha taponado todos los proyectos -entre ellos el nuestro- de crear una Comision Investigadora con legisladores y expertos nacionales e internacionales.
Seguiremos embargando nuestra “Libertad”, si el gobierno no asume la investigacion de la deuda fraudulenta y su denuncia ante la justicia anglo-americana como bien lo hizo Ecuador. Lejos de haber aportado al bienestar de los argentinos, la deuda es la mayor causa de empobrecimiento: desde la dictadura ya se pagaron más de u$s 270.000 millones. Detrás del secuestro de nuestra “Libertad” estan los intereses anglo-americanos. No se la rescata con más claudicaciones porque los fondos buitres nos seguirán persiguiendo. Argentina debe revetir la derrota y comenzar a romper la telaraña colonial que nos somete: el Ciadi, los acuerdos de Madrid sobre Malvinas, los 53 tratados de reciprocidad de inversiones (TBI), aplicar la ley 26.659 y compensaciones económicas. La vergonzosa decisión de la Presidenta de la Nación de abandonar la “Libertad”, nave insignia de la Armada Nacional, hiere la dignidad del pueblo argentino.
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