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FERNANDO PINO SOLANAS UN PENSADOR ESTRATÉGICO: A CUATRO AÑOS DE SU DESAPARICIÓN FÍSICA

  por: José Raúl HEREDIA   “la Argentina será industrial o no cumplirá sus destinos” “Todos los presentimientos y las esperanzas dispersas de nuestra juventud, volcada un instante en el socialismo, han sido concretadas definitivamente en la carne viva del peronismo, que ha dado fuerza al argentinismo todavía inexpresado de la Nación. Ahora sabemos lo […]

 

por: José Raúl HEREDIA

 

“la Argentina será industrial o no cumplirá sus destinos”

“Todos los presentimientos y las esperanzas dispersas de nuestra juventud, volcada un instante en el socialismo, han sido concretadas definitivamente en la carne viva del peronismo, que ha dado fuerza al argentinismo todavía inexpresado de la Nación. Ahora sabemos lo que somos y a dónde vamos. Tenemos nacionalidad, programa, derrotero”.

Manuel UGARTE

 

Otras veces he escrito que “Pino” Solanas fue el último pensador estratégico que dio el país. Hablo de un pensador de la estatura intelectual, del compromiso y de la militancia sin descansos que reconocemos en Scalabrini Ortiz, en Arturo Jauretche, en Manuel Ugarte. No por casualidad cito a Ugarte en el epígrafe: quien haya conocido a Pino coincidirá en que los señalamientos de esos exponentes esenciales del pensamiento nacional les eran propios como postulados supremos.

Se encontró con la política por el horroroso hecho del bombardeo a la Plaza de Mayo, en junio de 1955; dijo: “…una salvajada…aquello fue para mí una cachetada”; “después vinieron los fusilamientos del ‘56” recordó también en una entrevista con Felipe Pigna. Ese crimen atroz despertó su sensibilidad social y política desde la que construyó un cine nacional, comprometido con la historia y con las luchas populares. Sus películas eran “devoradas” por la militancia en tiempos de la Resistencia peronista.

“En 1959 vuelvo al arte y empiezo a transitar las profesiones más marginales del arte…”; “me gano la vida escribiendo guiones de historietas y de fotonovelas”. “Luego, con mucho éxito, haciendo películas de publicidad”. “Hice como 700 en quince años”. Gastar decenas de miles de películas me permitió aprender la técnica —no había escuela de cine—, resumió. En 1964 decidió cerrar sus oficinas, pese al éxito que había alcanzado; viajó a Europa: “profundicé mis identidades”. Ya de regreso, en 1965, empezó a darle forma a un proyecto que venía madurando, hacer un gran fresco sobre la Argentina: “…venía buscando material prohibido, material de imágenes de archivo del gobierno peronista”. Hizo dos “cortos”.

“La HORA DE LOS HORNOS (Cine Liberación) es mi cédula de identidad” [“Es falsa la historia que nos enseñaron”. “Falsas las riquezas que nos aseguran. “Irreales las libertades que los textos proclaman”, cita de Scalabrini Ortiz que puede leerse en aquel monumento a la verdad histórica]. “Se va gestando en un momento en que las energías de América Latina y del Tercer Mundo estaban en plena revuelta revolucionaria”. “Soy de esa generación”. “Hice la película en plena dictadura de Onganía; no decía lo que hacía, claro, sino aparentaba que hacía una serie, ‘Buenos Aires 67’, para la televisión europea”.

Causó sorpresa cuando se conoció, en todo el mundo, le dijo a Pigna; en 1968 gana el premio en Italia y al año siguiente está en Cannes. “Larga reivindicación del peronismo en una película premiada en Italia”. “Perón se entera…” por los diarios españoles. Los accesos a Perón fueron Villalón y Jorge Antonio: “El General estaría muy complacido de conocerlo y de ver la película”.  “Así fue que lo visito, agosto del ‘68”. La película debía servir para desarrollar un momento de cultura política viva. Se le propuso a Perón hacer una película para que se escuchara su palabra, se difundiera, especialmente entre los más jóvenes; “en 1971 comenzamos la filmación, un proceso de unos seis meses entre filmar y montar”. “El ‘viejo’ nos dio la más absoluta confianza” pese a las intromisiones insoportables de López Rega a quien Perón “retó” varis veces. Aunque siguió molestando.

La película se termina en octubre; Getino compagina y le lleva “La Revolución Justicialista” y “yo hago el montaje de “Actualización Política y Doctrinaria”, dos documentos para revelar la historia del peronismo y para dar herramientas a la militancia en esos momentos políticos que vivía el país.

La fecunda labor de cineasta es conocida; no avanzo mucho más. Sí, me interesa traer al recuerdo para estos tiempos que, luego de Memoria del saqueo, La dignidad de los nadies, Argentina latente y La próxima estación, Pino realizó el filme sobre la depredación de los recursos minerales y las luchas contra la contaminación. "También trata sobre las políticas neoliberales que en los 90 entregaron el petróleo y la minería a las corporaciones, y sobre la contaminación de las napas, la reacción de la tierra y la aparición de las asambleas ambientalistas", explicó entonces (setiembre de 2009). Y cito este pasaje de su autorrevelación (Clarín, 10.09.09):

En el 2002, los amigos de mis hijos, la gente joven, no entendía nada de lo que estaba pasando. Entonces me dije: al menos voy a hacer algo que quede y, al mismo tiempo, voy a seguir enriqueciéndome, porque a mí me encanta viajar y quiero mucho a este país. Fijate que cuarenta años atrás había empezado con La hora de los hornos...

…esta película, por caso, está dividida en capítulos, como La hora de los hornos. Es cine de fusión. Hay información y reflexión sobre la información. A eso lo llamo cine ensayo. ¿Vos me preguntabas cómo llegué a esto? Toda la vida me interesaron los recursos naturales, el petróleo, la energía. Cuando yo tenía 22 años, en el 58, fui secretario privado del presidente de Gas del Estado. Ya a los 18 años leía libros relacionados a estos temas. La política, para mí, nace con estos temas. En los 90 fui miembro de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, y en 2002 fundé el Movimiento por la Recuperación de la Energía.

Siguió diciendo Pino:

La expresión de las ideas, para mí, es inseparable de la forma y el estilo. Mi cine, como cualquier expresión cultural, es memoria viva que ayuda al imaginario colectivo. Yo desarrollo un cine de testimonio y un cine de recreación ficcional o poética. Dos vías distintas. Películas como ésta tienen sensibilidad. Atrapan desde el discurso, pero también tienen personajes. Argentina es un recurso humano, no sólo un paisaje, y la gente enamorada de su país, la que lo quiere y lo sufre, ayuda a entenderlo. Al mismo tiempo este filme es un buen espectáculo, porque yo intento hacer un cine de buena calidad, no exenta de emoción…

Todas mis películas han tenido premios internacionales y he ganado los premios más grandes. En Cannes, en Venecia, he ganado en todos los festivales. Me han juzgado demasiado jurados…

Esta serie es una larga reflexión sobre la Argentina. Si ves las cinco películas vas a tener una mirada y una propuesta. Yo hago películas que tienen larga vida…

He querido recordar de modo resumido esos aportes militantes para rescatar la dimensión de estadista de Pino Solanas, su visión estratégica que tanto necesitamos, de la que carecemos lastimosamente: la clarividencia del gran cineasta que llegó a la política desde su sensibilidad de patriota.

Asombrosamente, hemos asistido a una interna, una quisquilla de la política que se ha dirimido en los estrados judiciales: ¡lamentable! Traerá efectos muy negativos para el campo popular si se divide en lugar de reunir a quienes tienen la responsabilidad de representar los intereses de la Nación y de su pueblo. Recordemos: “El Peronismo nació movimientista y el Partido Justicialista que finalmente lo expresará electoralmente terminó resultando un apéndice interno importante, pero subsidiario, de esta concepción movimientista”.

Mientras tanto, sucede la entrega alevosa de territorio, la sumisión integral a los planes extranjeros sobre resortes y bienes comunes naturales estratégicos de la Patria. Se ha conocido que el jefe de esa secta llamada “La Cámpora” ha dicho: “Cristina por Axel tenía una debilidad enorme” y consideró que “no se hacen esas cosas, no está bien, no está bien porque tenés que tener motivos políticos para decir ‘yo apoyo esto’, y tienen que ser realidades”. “Les quiero decir que tampoco les va a salir bien, ya lo intentó Alberto (Fernández) el tema de las formas, empezó a pensar en él mismo, y salió mal” (Argenzuela, Radio 10).

¡No importa que AF fuera promovido por CFK, que ella fuera su vicepresidenta los cuatro años de su mandato y que los miembros de La Cámpora ocuparan, todo ese tiempo, ministerios, secretarías, direcciones y titularidades de entes como ANSES y PAMI! Tampoco importa que La Cámpora le haya armado a Kicillof las listas de legisladores provinciales, le haya impuesto ministros y otros funcionarios y al jefe de gabinete, Martín Isaurralde, a quien quisieron como vicegobernador y no lo lograron. ¡Menos mal!

¿Qué país nos quedará en el momento en que los “ganadores” de la interna terminen de repartirse los cargos? Y ¿qué programa ofrecen en defensa de la nacionalidad? Escribió Pino: “…nuestra dirigencia no discute los grandes temas nacionales, como si se hubiera resignado a tratar una agenda impuesta desde afuera. Sin un proyecto nacional propio, hace décadas navega a la deriva entre propuestas de corto plazo y una cultura de la derrota que, a diferencia del Brasil, le impide plantearse objetivos estratégicos”. Las alas diferenciadas del Movimiento desligadas del gran Proyecto Nacional “están condenadas a ser sólo partidos de sistema cuyas mayores posibilidades en la acción práctica consisten en obtener algunas bancas para que sus representantes hagan discursos opositores de ocasión”.

El gobierno del Frente de Todos fue la inmovilidad misma, entre tantas causas, la principal, porque careció de actitud y de conciencia nacional para enfrentar las dependencias, para enfrentar a los acreedores y al FMI. Pino le había escrito sobre las negociaciones de la deuda, todavía a tiempo:

Falta imaginar las consecuencias catastróficas que tendría para el país, su pueblo y su juventud, un acuerdo en estas circunstancias. Se profundizaría la crisis social, golpearía la unidad del frente que posibilitó el triunfo del 2019 y la confianza que Ud. ha ganado por su firmeza frente a la pandemia. A los pueblos les cuesta generar sus referentes y Ud. tiene el prestigio para serlo. No lo destruya: sería suicida dejarse enredar por la telaraña de una oposición que lo quiere ver vencido. Permítanos decirle “Presidente: abandone la negociación hasta que la pandemia se apague y entre tanto, reclame junto al Papa Francisco la reducción sustancial de la deuda y seguirá construyendo uno de los nuevos liderazgos del continente. Dentro de cinco semanas, comenzará una nueva Asamblea General de las Naciones Unidas desde donde podrá exponer al mundo su proyecto de desendeudamiento, democracia, trabajo y justicia social”.

Pino no se equivocó.

Sin escucharlo —ningún miembro del gobierno lo escuchó entonces: “abandone la negociación hasta que la pandemia se apague”, que es mucho más que criticar un rumbo de negociación—, contrariamente, ese presidente inepto y pusilánime aceptó como una fatalidad que no pasarían sus proyectos de leyes en el Congreso, salvo el que envió para convalidar el criminal endeudamiento de Macri que los partidarios de éste votaron masivamente. Ninguna idea se le “cayó” a A. F. acerca del arte de la negociación política: otra composición del Congreso existía hasta la derrota del 2021. A diferencia de esa capitulación, hay que observar que el actual gobierno, con escasos legisladores propios y sin gobernadores, avanza a toda velocidad en la entrega de la Patria: compra voluntades y acude a los decretos de necesidad y urgencia y al veto, sin que la Corte se inmute porque ella ha decidido acompañar el autoritarismo político del actual gobierno. El presidente, también amenaza e insulta a los miembros del Congreso. Y a esto le llaman “democracia”.

Contó Pino que Perón le dijo: “Es muy tarde para mí y es muy pronto para ustedes”. Hoy, hay que poner todos los esfuerzos para frenar ya los actos de entrega.

Quienes se sientan líderes populares deberán demostrarlo con un insistente accionar sobre legisladores/a/s para que se revoquen todas las decisiones que profundizan nuestras dependencias y subordinaciones al punto del exterminio de la Nación. Esto no se alcanzará solo por impartir instrucciones desde la poltrona de una jefatura partidaria, porque, me temo, luego de la interna el partido quedará fatalmente más dividido todavía y con limitadas capacidades para convocar en momentos en que las luchas del poder no tienen eje en los partidos, éstos, por añadidura, casi sin apego a sus causas fundantes convertidos “en organizaciones para el reparto de cargos públicos” (Pino).Tampoco se conseguirá con visitas a la Embajada, aunque se cante “la Patria no se vende” -

Resulta imperioso acudir a todos los medios que la Constitución concede, incluido el juicio político. Trabajar en Política para aglutinar al campo nacional, no para dividirlo. Y hay que apoyar todas las movilizaciones del pueblo en defensa de sus derechos soberanos. Si no marchamos urgentemente en esa dirección SERÁ MUY TARDE PARA TODOS.

“Nunca está todo perdido si hay decisión de pelear. Cuando se llama a luchar por algo justo y que es nuestro, se vence lo más temido y hasta el débil tiene un gesto” (Fernando “Pino” Solanas, La Dignidad de los Nadies).

 

 

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