Compartimos la imperdible intervención de Fernando "Pino" Solanas en el debate donde se trató el golpe de Estado en Bolivia.
A continuación su discurso completo:
Muchas gracias señor presidente.
Lo acontecido en la República hermana de Bolivia es un golpe, como bien se ha dicho, a toda la construcción, paciente construcción que en estas décadas se ha venido haciendo para la unidad de la gran nación inacabada o Patria Grande, o Confederación de Naciones del Sur, en la que han venido trabajando distintos gobiernos, y de distinto signo.
No era más que retomar el legado histórico de los grandes libertadores, el legado de Bolívar, San Martín, Sucre, Artigas, Martí. Una deuda que tenemos para con los pueblos del continente. Viviendo épocas de fuerte polarización, viviendo épocas de continentalismo, como diría Juan perón, lo que acaba de suceder en Bolivia es un golpe artero, descarado, que nos retrotrae a varias décadas atrás.
No voy a hacer la historia de todos los golpes de Estado, que curiosamente fueron contra los gobiernos democráticamente elegidos, y que curiosamente tuvieron siempre al gobierno de los EEUU detrás. No me voy a remontar al 2006 (1906), que dio origen al nacimiento de la doctrina argentina de Drago. 1906, gobierno de Teddy Roosevelt, colocan un acorazado frente a Caracas y la bombardean, fíjense ustedes el procedimiento para presionar por el pago de una deuda.
A lo largo del siglo pasado vimos todo tipo de golpes, Argentina pagó muy caro la política de la Junta Interamericana de Defensa, Argentina pagó muy caro los golpes y la dictadura del año 76 con decenas de miles de desaparecidos. Creíamos que la construcción del Mercosur y las otras instituciones que le siguieron como Unasur y la Celac ya eran un sólido muro o un camino que debía resolver las contradicciones suramericanas y construir definitivamente las instituciones que aún nos faltan y la unidad del continente.
Cuando digo que estamos acá en un ataque mucho más burdo que los anteriores. Acá hemos vivido golpes de Estado en los últimos diez, quince años, de distinta naturaleza. Acá tuvimos la tentativa de golpe en Bolivia en el 2008. La misma región, Santa Cruz de la Sierra, el Golpe de la Medialuna, que había nacido con el antecedente de una masacre, semana antes, la llamada masacre de Pando, donde se masacraron cientos de indígenas. Ese golpe contra el presidente Evo Morales fue detenido gracias a la acción de la Unasur, o nos vamos a olvidar que fue Cristina Fernández de Kirchner, presidenta en ese momento de Unasur que convoca una reunión de urgencia en Bariloche y se paró el Golpe de la Medialuna.
Tuvimos después en el 2009 el golpe palaciego que lo sacó en calzoncillos al presidente Manuel Zelaya de su casa. Tuvimos en Ecuador en el 2010 otro levantamiento, en este caso contra el presidente Correa. En el 2012 vino otro curioso golpe de tipo institucional y parlamentario que derrocó al presidente Lugo en Paraguay. Tuvimos después el golpe de Estado que derroca a la presidenta constitucional Dilma Rousseff en Brasil, hasta su vicepresidente Temer, hace poco hacía declaraciones reconociendo que aquello ahbía sido un golpe de Estado muy bien disfrazado. Tuvimos también por último, este golpe, ya mucho es lo que se ha hablado esta tarde, pero que tiene una característica, señor presidente, que es el ejercicio de la violencia.
Que curiosamente lo callan los diarios argentinos, los grandes medios hoy. Aterrorizaron a la población señor presidente, con incendios a las casas de los dirigentes, donde sacaron a la alcaldesa de su despacho, le cortaron el pelo, la pintaron y orinaron en la calle señor presidente. Y los familiares secuestrados y con un revólver en la sien, avisando al presidente Evo Morales y a sus ministros, que si no renunciaba se cargaban a sus parientes. Ustedes han visto en televisión el miedo de los ciudadanos en la calle cuando cualquier cronista se acercaba a interrogarlos.
Terror, el terror paraliza señor presidente. Y es el terror el arma que usaron estas bandas traídas de Santa Cruz de la Sierra, impulsadas por un señor que curiosamente, es su familia propietaria de una de las grandes compañías de gas y de petróleo. Este golpe de Bolivia tiene demasiado olor a petróleo. Bolivia sigue siendo el gran proveedor de gas para Brasil, para la Argentina, y para sus países vecinos. Esas bandas paramilitares llegaron de Santa Cruz de la Sierra y encapuchados hicieron todos esos destrozos y vejámenes.
Pero acá el último elemento que quiero marcar, que no se puede comprender la situación de Bolivia sin el componente racial señor presidente. Componente racial, si en Argentina nosotros tenemos esta separación, este tajo, entre dos culturas políticas y ciudadanas, imaginen lo que es en Bolivia.
En Bolivia los blancos y mestizos de Santa Cruz de la Sierra se cobraron la factura a los indígenas, a los originarios. Esta es una revancha de tipo racial y de tipo cultural.
En definitiva, lo que es vergonzoso, es que el gobierno argentino haya vulnerado sus propias posiciones a lo largo de más de un siglo en América Latina defendiendo la no intervención en los asuntos internos de los Estados, defendiendo la autodeterminación y la integridad territorial de los Estados, no hay posibilidad de construir la gran nación inacabada, si no respetamos las ideologías y las posiciones políticas de las distintas naciones.
La causa superior es la causa de la Unidad. y acá la política norteamericana y sus aliados, lo que están buscando es la desunión del continente, la destrucción de las organizaciones como al Unasur y lo que es vergonzoso es que el pacto fundante del Mercosur, el protocolo democrático de Ushuaia se lo haya bastardeado y no se lo haya invocado en esta situación.
Al desconocer el golpe en Bolivia, el gobierno de Mauricio Macri ha traicionado más de cien años de política argentina unitaria por una Latinoamérica Unida.
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